Francisco Arrebola: «La investigación de los curas de Granada nos llegó muy manoseada»

Tras más de media vida abotonándose el uniforme de la Policía Nacional, el comisario principal Francisco Arrebola divisa su «muerte administrativa». En marzo se jubila, pero este incondicional de Joaquín Sabina, con el que comparte ese ramalazo canalla de los que pisan el asfalto, decide recibir a ABC para repasar una historia particular paralela al desarrollo de una sociedad y asuntos de actualidad. No defrauda. Aunque es un apasionadao del cantautor jiennense, su canción preferida no esa de «Mucha, mucha policía». «No precisamente», asegura. «Tiene otras más poéticas. Los policías estamos sobre el asfalto y sabemos lo que nos rodea, por eso lo que me gusta de Sabina es que es un retratista de la sociedad».

Sobre el caso de los presuntos abusos sexuales de religiosos en Granada sostiene que existe la posibilidad de que los delitos estén prescritos. «Pero lo debe valorar el juez. Nosotros hemos afrontado una investigación que nos llegó muy manoseada, donde las pruebas que podemos aportar sólo son testificales. Y en nuestro procedimiento tienen el valor que tienen. Pero no quiero hacer juicios de valor sobre este asunto».

En cuanto a la etición de la juez Alaya de entregar el caso de los cursos de formación a la Guardia Civil afirma que «respetaré cualquier decisión judicial, me guste o no; pero no soy partidario de las macrojuicios. Pienso que son proporcionalmente perjudiciales a su grandeza. Si este caso sigue adelante, y esclarecemos la verdad, creo que hay muchos jueces para que en cada sitio se instruya el proceso que corresponda. ¿Estamos preparados para dedicarnos a una instrucción de dos o tres años y para celebrar un macrojuicio con miles de testigos y cientos de procesados? Pues se podría dar el caso».