El juzgado de Mercedes Alaya, al borde de un ataque de nervios

La situación del juzgado de instrucción número seis de Sevilla, el que lleva el caso de los ERE fraudulentos y las principales macrocausas de corrupción, está al límite . No solo están desbordados sino que en los últimos días han visto mermar el dispositivo puesto que se le han unido bajas y traslados.

Una de las funcionarias más veteranas de ese órgano se marchó hace unos días a la Fiscalía. En este caso, la trabajadora en cuestión, que llevaba en el juzgado desde los tiempos del juez Ángel Márquez y el caso Juan guerra, y que se ocupaba de la instrucción de la causa del Betis, pidió traslado porque quería un cambio de aires pero dejó un hueco difícil de llenar. Aunque ya hay otra trabajadora que la sustituye, como es obvio, tendrá que ponerse al día con unas diligencias tan complicadas como son las que afectan a Manuel Ruíz de Lopera.

A ello se suma que Charo, la que fuera durante los casi cuatro años que ha durado la instrucción «mano derecha» de Alaya, está de baja desde el pasado mes de septiembre . Era la persona en la que la instructora más confiaba y que trabajaba codo a codo con Alaya con la que incluso, algunos días de intensas declaraciones, se marchaba a comer. Pues bien. Pese a que no está desde el pasado septiembre, la Junta de Andalucía aún no la ha sustituido . Según dice la Consejería de Justicia, se sustituirá «en las próximas semanas si continuara en esta situación».

Pero la pasada semana se marchó otra pieza clave del juzgado. Se trata de otra trabajadora, que se encuentra embarazada de más de seis meses y que se ha dado de baja.

En cuanto al resto de funcionarios, la mayoría están en la misma situación de estrés. Uno de ellos se dedica de 9 a 12 al trabajo ordinario . A partir de esa hora se pone a escanear el sumario de los cursos. Y lo hace en una máquina que no se caracteriza por la rapidez. Más lentitud.

Hay otros tres trabajadores que se dedican al sumario de los cursos de formación y a la Operación Enredadera. Los tres tienen que echar largas jornadas y adaptarse a los horarios de Alaya , muy dada a comparecencias por las tardes e incluso por las noches. Ello hace que se planteen la posibilidad de un traslado o pedir una comisión de servicios para cambiarse de órgano al menos por un tiempo. Yasí ocurre con el resto de trabajadores.

Alaya volvió a lanzar un SOS el pasado viernes pidiendo que sustituyan las bajas y detallando lo que hace cada uno de sus trabajadores. Se trata ya de la cuarta petición de auxilio . Pero ante estas peticiones la Junta de Andalucía echa balones fuera. Asegura que son diez trabajadores:tres gestores, cinco tramitadores y dos auxiliares y que Alaya tiene la misma plantilla que el resto de órganos de instrucción. Ytambién que le ha puesto tres de refuerzo. Que le ha ido dando respuesta a todas las peticiones de medios materiales y recursos . O que le ha instalado el lexnet, el sistema de notificación electrónica, fotocopiadoras, escáneres y grabadora de DVD. Pero lo cierto es que los trabajadores de instrucción seis cada vez tienen más estrés.