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El policía que inspiró las persecuciones en helicóptero de «El Niño»

El inspector jefe Pedro Luis Bardón rodó las escenas de acción de la película

El policía que inspiró las persecuciones en helicóptero de «El Niño» francis silva

pablo almoguera

Pedro Luis Bardón tiene muy claro esa máxima de que la realidad siempre supera a la ficción. Inspector jefe de la Policía Nacional, lleva años sobrevolando los cielos andaluces con el Servicio de Helicópteros. Un total de 7.300 horas de vuelo que le han permitido —a vista de pájaro— ser testigo privilegiado de importantes operaciones. Experiencias que han enriquecido la película de «El niño», uno de los éxitos de taquilla del año, en la que ha colaborado aportando sus vivencias en la lucha contra el narcotráfico en el Estrecho y realizando las escenas de acción más peligrosas de la cinta.

«Cuando llegamos al rodaje en San José (Almería) no conocíamos a nadie y vimos a un grupo de gente con unas pintas raras. Pensé: “Vamos a cerrar el helicóptero porque seguro que desaparece algo”», recuerda entre risas. No obstante, «a la hora de trabajar, lo hacían con gran disciplina».

La grabación se prolongó durante aproximadamente un mes y sirvió para que este agente descubra un mundo apasionante que le ha llamado especialmente la atención por sus «gadgets» tecnológicos. «Pensaba que nuestro helicóptero estaba equipado con lo último en sistemas de grabación, pero en la película se han utilizado dispositivos alucinantes. Recuerdo una cámara giro estabilizada con un sistema que, cuando rodaban en el mar, expulsaba el agua que salpicaba», señala.

Bardón, con base en Málaga, «interpretaba» a Luis Tosar y a los otros actores que en la cinta dan vida a los agentes que juegan al gato y el ratón con «El niño» en el litoral andaluz. Una «simbiosis» en la que el director se permitía alguna licencia poco creíble para quien conozca el funcionamiento de los cuerpos de seguridad. Y es que, el intérprete gallego lo hace todo: «Pilota el helicóptero, investiga y participa en las detenciones. Eso no ocurre en la realidad. Cada unidad tiene su cometido». El piloto también considera irreal una supuesta táctica que se ve en el filme para sorprender a los traficantes (Atención, «spoiler»). «La llaman «la técnica del conejo» y al parecer consiste en apagar los focos y encenderlos para sorprender al tripulante de la “goma” y cegarlo», relata este mando policial, que añade que en sus 26 años de experiencia no había escuchado hablar de ella.

Las vivencias de Bardón enriquecieron la trama final

La principal preocupación de este experimentado policía durante la grabación fue que se reflejara fielmente el trabajo del Servicio de Helicópteros; por eso, cuando no le convenció una secuencia de persecución, no dudó en expresar la necesidad de modificarla. Bardón, tipo directo y claro, se reunió con el director de la cinta, Daniel Monzón. «Le expliqué cómo se ejecutaban esas maniobras en una actuación real. Después, le conté una intervención que mi compañero Miguel Ángel y yo realizamos y que finalmente se incorporó al guión». El inspector jefe relató (Atención, «spoiler») que en una ocasión perseguían una «goma» —así se llama a las lanchas rápidas que suelen tripular los «narcos»— y que los traficantes no se detenían, por lo que «Miguel Ángel desenfundó la pistola, se apoyó en el patín y gritó “¡Alto, Policía!”». Los agentes incluso aconsejaron grabar con planos picados y contrapicados y así ofrecer los dos puntos de vista de la escena.

La relación con el realizador fue siempre más que fluida. «Cuando Dani llegaba por la mañana le daba un abrazo a todo el mundo. Si tenía más relación, acompañado de dos palmadas en la espalda; si no, sólo una. Treinta días de grabación, 30 abrazos», se ríe el agente, al que se le quedó grabada la expresión «¡Mítico!» que siempre gritaba Monzón cuando le gustaba cómo había quedado una escena.

La exactitud de la reproducción de los fardos de hachís —en cuyo interior se escondía el patrón que daba las instrucciones a Jesús Castro, el actor que da vida al «niño»— generó más de una broma entre los agentes. «Me dieron ganas de tocar alguno por si eran auténticos y nos metíamos en un lío», bromea.

Pedro Luis Bardón asegura que en ningún momento ha sentido empatía por delincuentes como «El niño»: a pesar de que la película traza un perfil edulcorado que puede seducir a algunos, «sabemos que no era una buena persona», recuerda el inspector jefe.

El policía que inspiró las persecuciones en helicóptero de «El Niño»

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