El «Iberia Festival» repetirá los conciertos anulados por la lluvia

El show debe continuar...» Con este eslogan, que también resume un himno del rock de todos los tiempos, el tema «The show must go on» de los británicos Queen, han convocado los organizadores del Iberia Festival de Benidorm al público para reanudar el espectáculo en el momento en que se quedó, suspendido por la lluvia, el pasado 5 de septiembre.

El programa ha variado en cuanto al horario, y también incorpora a una banda local de Benidorm, que abrirá la velada a las 20.00 horas, seguidos por La Unión, uno de los grupos que en la anterior edición, la segunda, llenó la plaza de toros, Rosendo, que fue quien tuvo que abandonar el escenario por el diluvio hace un mes y medio, y cerrarán la noche Los Toreros Muertos, que el año pasado arrancaron las carcajadas en un concierto memorable todavía a plena luz del día.

Quienes ya disfrutaron de las actuaciones de Kiko Veneno, Siniestro Total, Ilegales y Rosario hace mes y medio están «invitados» a retomarlo ahora donde lo dejaron por la organización, que también pone a la venta más entradas para quienes se animen con el medio cartel restante, que no es poco, para los amantes del rock y el pop españoles de los años 80.

De la buena salud y aceptación de estas bandas da una idea que en sus tres ediciones han concitado el interés de varios miles de espectadores, unos 5.000 este año.

Una de las novedades ha sido reducir el festival a una sola jornada, después de haberlo celebrado en dos días que se convertían en una maratón de música en vivo. Y otro detalle apreciable en el desarrollo del Iberia se vio con la aportación de material nuevo, por parte de Ilegales, por ejemplo, que no se contentaron con tirar de repertorio exclusivamente.

No obstante, los momentos en que el público más vibró, obviamente, se alcanzaron con clásicos «ibéricos» como «Soy un macarra», de la banda de Jorge Martínez, o «Bailaré sobre tu tumba» y «Diga que le debo» de los gallegos Siniestro Total. Y para los paladares más melódicos, Rosario puso a todos a bailar con su «gato».