Los fuegos artificiales se mudan del Cocó por las quejas de Compromís, EU y PSPV
El alcalde busca «solucionar» ahora un problema que crearon sus socios del tripartito al exigir en Valencia todo el rigor de la ley de protección forestal
Los tradicionales montajes pirotécnicos nocturnos junto al mar, colofón a la fiesta de Hogueras de Alicante, podrían dejar de ser los castillos artificiales de la playa del Cocó este año y trasladarse al Muelle de Levante por la presión ejercida desde Compromís y Esquerra Unida principalmente (también el PSPV) en Valencia para aplicar la normativa de protección del suelo forestal contra incendios.
Aunque en los últimos días el alcalde, Gabriel Echávarri (PSOE), se comprometió a «buscar una solución» e incluso han lamentado desde su equipo de gobierno que la Generalitat «se acuerde ahora» de una ley que tiene 23 años y hasta ahora se ignoraba su cumplimiento, quienes en agosto del año pasado pusieron el grito en el cielo para aplicarla con rigor fueron sus socios del tripartito, Compromís y Esquerra Unida (ahora reencarnada políticamente en Guanyar, en el caso de la ciudad de Alicante).
Más aun, cuando el Consell trató de buscar una salida al reducir la distancia máxima tolerada para montar fuegos artificiales junto a una masa forestal –de 500 a 200 metros, más en la línea de otras autonomías– o también al recalificar suelos para que no tuvieran esa catalogación de forestal, se topó con las críticas de la oposición en Les Corts Valencianes, los mismos partidos que ahora gobiernan Alicante.
Así, por ejemplo, el diputado autonómico Juan Ponce (Compromís), recién reelegido en las últimas elecciones, en su anterior mandato ya se pronunció por buscar emplazamientos «alternativos» para los festejos que, como ahora en el Cocó, por su proximidad con la Serra Grossa, tendrían que trasladarse para dar prioridad al ecologismo. Igualmente, Lluís Torró (Esquerra Unida) calificó de «locura del PP» sus intentos de suavizar la norma para seguir tolerando la pirotecnia en estas situaciones.
Desde las filas socialistas, su diputada Ana Barceló se mostró más ambigua al supeditar estos espectáculos con pólvora a cada caso concreto. El origen de esta controversia surgió cuando en Cullera se produjo un incendio de grandes proporciones en abril del año pasado. Como se había decretado pocas horas antes de los festejos el nivel 3 de preemergencias, posteriormente fue procesado el alcalde, Ernesto Sanjuan (PP), por su posible responsabilidad. El grupo municipal del PSOE también exigió responsabilidad políticas de la máxima autoridad local.
En cambio, ahora en la ciudad de Alicante sus compañeros de filas tratan de transmitir que estas restricciones que pueden obligar a un cambio de sitio para los castillos de fuegos artificiales no son de su competencia.
Echávarri puede ignorarlo
En realidad, los ayuntamientos pueden, vía decreto, ignorar el cumplimiento a rajatabla de esta distancia entre pólvora y monte, según precisaron fuentes del Consell. Así lo han hecho en algún caso apelando a la «excepcionalildad» y con garantías de seguridad, aunque otros alcaldes han optado por lavarse las manos por miedo a ser enjuiciados como en Cullera. Por lo tanto, Echávarri tiene en su mano la última palabra sobre el Cocó.
Mientras, la Conselleria de Gobernación autorizó ayer la zona del Muelle de Levante, donde se ubica la salida de la Vuelta al Mundo de Vela Volvo Oceans Race, por estar a más de 500 metros de cualquier zona forestal. También se han exigido medidas de seguridad adicionales y preventivas como controlar la velocidad y dirección del viento o el posicionamiento de cubas de agua en zonas sensibles para evitar incendios durante las noches de fuegos, desde el 25 de junio y durante la semana posterior a la Cremà.