PROMESAS ELECTORALES

Ya estamos en campaña. A pesar de que faltan casi dos semanas para su comienzo legal, los partidos políticos, especialmente los que se encuentran en la oposición, ya han dado el pistoletazo de salida presentando promesas para intentar captar a algún que otro ingenuo que pueda picar. Las tenemos de todos los gustos y colores. Algunas originales y sensatas. Otras, bastante irreales, que demuestran que su autor intelectual sabe de primera mano que nunca llegará a gobernar un Ayuntamiento. No hace falta alejarse mucho de tu entorno para escucharlas. Por estos lares sólo les falta a algunos prometer a el cielo y la vida eterna. Hemos oído dislates con afirmaciones del tipo bajaremos el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) un cincuenta por ciento, daremos a todas las personas en situación precaria 1.000 euros al mes del Presupuesto Municipal, entregaremos una vivienda a todos los que no la tengan o construiremos con dinero del Ayuntamiento cuarteles de la Guardia Civil y Palacios de Justicia. Y no solo eso. Promesas de bajarse el sueldo hasta límites insospechados, liquidar a asesores, gastos de representación y de publicidad es también bastante recurrente. Lo malo de estas promesas es que son una patraña. El ejemplo más claro lo tenemos en la sureña localidad de Orihuela. En 2011, por arte de birlibirloque, un tripartito le arrebataba el poder al Partido Popular y un concejal de Los Verdes se convertía en alcalde. Todas las promesas, todas las críticas y denuncias públicas que durante sus muchos años en la oposición hizo sobre las políticas del PP desaparecieron. Al llegar al poder colocaron a muchos más asesores, gastaron más en publicidad y demostraron en unos meses a los oriolanos que a todo hay quien gane. La comodidad de estar en la oposición nada tiene que ver con gobernar un municipio y gestionar cientos de millones de euros de todos los contribuyentes. Es muy fácil criticar y denunciar lo mal que lo hace un equipo de gobierno y muy difícil sacar adelante una administración pública en una época de crisis como la actual. Por eso, cuando les prometan el cielo y la vida eterna, pónganlo en cuarentena.