Desvelan el secreto del fusilamiento de Primo de Rivera en Alicante
A primera vista, cualquiera con cierta edad o nociones de historia sabe que el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, murió fusilado el 20 de noviembre de 1936 en la prisión de Alicante; sin embargo, muchos aspectos sobre heste hecho han permanecido ocultos en este episodio clave de la Guerra Civil.
En «Las últimas horas de José Antonio» (Espasa), el periodista e investigador José María Zavala aporta documentos inéditos que revelan que la ejecución de Primo de Rivera no fue un simple acto de cumplimiento de la pena capital, entonces en vigor en España en el ámbito castrense, bajo cuyo fuero fue juzgado el líder falangista por el delito de rebelión militar.
Una «carnicería»
Según esta declaración, el fusilamiento no estuvo precedido por la reglamentaria orden de «fuego», sino que «los disparos se efectuaron a capricho» y de forma reiterada en varias descargas, «a apenas 3 metros de distancia», señala Zavala.
Asimismo, el investigador, que califica de «carnicería» la ejecución, se refiere también al testimonio de un empresario uruguayo, Joaquín Martínez Arboleya, quien la presenció.
Bajo el pseudónimo de Santicaten, Martínez Arboleya contó los detalles de la ejecución en un opúsculo titulado «Porque (sic) luché contra los rojos», publicado en Montevideo en 1961 y del que hasta ahora no se había tenido noticia, aunque Zavala ya lo menciona en su anterior libro sobre el fundador de la Falange, «La pasión de José Antonio», publicado en 2011.
Sin embargo, sorprende que un hecho como ese, de tanta trascendencia incluso para la propaganda franquista, quedara oculto tantos años.