MAYORMENTE DESPEJADO

GANA «LA SUNI»

IVÁN J. y muñoz

SEIS meses ha estado Alicante pendiente del próximo cabeza de lista del Partido Popular, lo que es igual –siempre según las encuestas y sea por mayoría o pacto– a ser el próximo alcalde. Medio año, el transcurrido desde la segunda imputación de Sonia Castedo, que ha dado para llenar páginas de periódicos, tertulias, corrillos, reuniones de amigos y copas de vino. Un tiempo en el que han abundado las quinielas, los movimientos a la luz, las maniobras en la sombra, las filtraciones sinceras o las desinformaciones interesadas. Política lo llaman.

La llegada de Miguel Valor al Ayuntamiento como opción de consenso tuvo un efecto balsámico y relajó una carrera en la que, a muchos kilómetros de la meta, alguno había comenzado a esprintar. Campañas de pago en redes sociales, asesores de comunicación más activos que nunca y codazos por salir en las fotos perdieron intensidad cuando se reparó en que la solución podía estar en casa. El talante del alcoyano y su pulso firme para despejar de intocables los asuntos municipales hizo pensar que lo mejor podía ser seguir así, argumento que sería convenientemente presentado en los despachos de la calle Génova. La fórmula estaba incluso esbozada: Valor optaba a una alcaldía que ocuparía hasta que tuviera fuelle, momento en el que sería relevado por alguien ya estratégicamente colocado en las listas.

Fue en Madrid, sí, pero no en la sede central del partido donde el bueno de Valor se autodescartó. Un auditorio repleto de altos cargos populares contempló como el representante de una de una de sus más preciadas plazas tiraba a la basura leyendo mal y rápido el tiempo al que otros faltaba en una intervención que causó vergüenza ajena en la expedición regional. La dirección del partido, que desde el primer momento había hecho saber que el candidato debía pasar por su filtro, reactivó sus resortes para seguir de cerca el proceso alicantino. El diputado Mario Flores era la apuesta de la capital por trayectoria y distancia. Incluso se llegó a mencionar a Alberto Martínez, subdelegado del Gobierno. Aquí, mientras, se manejaban dos nombres. Ha sido el de Sánchez Zaplana el elegido por el sí rotundo de las juntas de distrito, trayectoria, el tirón de ser mujer entre las bases y porque «la Suni», como se le conoce en esos barrios del norte que tanto ha recorrido, puede inclinar la balanza electoral. Císcar se lo ha hecho ver a Madrid. De eso hace más de una semana.

GANA «LA SUNI»

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