DESDE EL SUR
UN BUCLE PERMANENTE
Lo que está ocurriendo en Orihuela es lo más parecido a cuando comienzas a ver una película y todas sus escenas te dan la sensación de que ya la has visto antes. La impresión de que «esta película ya la conozco» y su final también, por supuesto. La guerrera Pepa Ferrando, suspendida de militancia y de cargos a la espera de ser expulsada del Partido Popular, piensa morir matando. No se podía esperar otra cosa de quien ha controlado junto a Mónica Lorente el partido desde hace bastantes años. El hachazo de dirección provincial y regional, cortando por lo sano una situación insostenible, va a traer consigo la decisión de Pepa y sus acólitos de crear un nuevo partido político. Dice que en breves fechas conoceremos su decisión. Se podría dar el caso de que Orihuela cuente con dos partidos procedentes de escisiones del PP de cara a las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2015. Una, Centro Liberal Renovador, y la otra, todavía sin nomenclatura, pero que está cocinándose en la mente de la señora Ferrando. Todavía no estamos en disposición de saber a ciencia cierta si el PP se ha equivocado en la forma de jugar esta partida de ajedrez. El tiempo lo dirá, aunque está claro que las posibilidades del PP de vencer en las municipales por mayoría absoluta se desvanecerían con la llegada de un nuevo partido de centro-derecha con caras demasiado conocidas de la localidad y bastante tirón popular. Siempre se ha dicho por la Vega que la ciudad orcelitana es eminentemente de derechas. Una localidad que, además, ha vivido en primera persona el desgobierno de una coalición de izquierdas a lo largo de los últimos años. La estabilidad sería más que necesaria para que Orihuela vuelva a ser una ciudad con futuro y progreso, y no como desde fuera se ve, paralizada a la espera de tiempos mejores. Cuatro meses quedan para que los ciudadanos decidan con sus votos quien gobernará la ciudad hasta 2019. Si todo sigue así, de nuevo tendrán que sufrir el gobierno de una coalición de partidos que, en la gran mayoría de los casos, muy poco tienen en común.