MAYORMENTE DESPEJADO

En Alicante brilla más el sol que en ningún otro sitio. Tras no pocos años, el panorama ha cambiado

No seré yo quien diga que todo está resuelto. El tsunami que inundó y arrasó gran parte de nuestros cimientos económicos y sociales fue tan virulento que hay quien todavía nada en los charcos que dejó, algo que merece tanta cautela como respeto. Sin embargo, tras el temporal se divisa un panorama que podría calificarse de mayormente despejado. Como los cielos que casi todos los días del año disfrutamos los que tuvimos la suerte de nacer en esta ciudad y quienes por casualidad, voluntad propia u obligación llegaron a ella. Es el título de este artículo y lo será de la columna semanal que hoy estreno con motivo del 25 aniversario de la apertura de ABC en la Comunidad, periódico centenario que para ello eligió un edificio de la calle Mayor.

En la capital de la Costa Blanca y toda su provincia brilla más el sol que en ningún otro sitio. Lo dicen los meteorólogos y también los empresarios. Alicante muestra indicios de que la reactivación económica es un hecho. Ha quedado corroborado por los datos definitivos de 2014, de los que fuimos dando cuenta provisionalmente en estas páginas durante todo el año. Podríamos atender a las positivas cifras de empleo, que lo son, pero hay otra tanto o más significativa. Se trata del consumo, el verdadero termómetro que marca la temperatura de una economía. En la terreta se matricularon 10.000 coches más que en 2013 (un 19%) y es la tercera región de España en ventas de vehículos; las exportaciones aumentaron un 7,6%, apartado en el que supera (atención, políticos) a Valencia; el aeropuerto, que lo es también de Elche y por supuesto de Benidorm, batió su récord de diez millones de pasajeros; la venta de viviendas repunta, incluso la construcción, especialmente en ciudades como Torrevieja. El ciudadano vuelve a gastar, lo muestran las terrazas llenas, la actividad en las tiendas y las tarjetas postpago de El Corte Inglés.

Tras no pocos años, el paisaje ha cambiado. Para ratificarlo sólo hay que mantener la perspectiva y no caer en el error de querer volver al estatus efímero que a tantos hundió, sino vivir con coherencia. Y qué mejor tierra que esta para ello.