Ferrer defiende en su toma de posesión la viabilidad del puerto como pilar económico de Alicante

La Autoridad Portuaria nombra a Carlos Eleno nuevo director general

CLAUDIO REIG

La toma de posesión, ayer, del nuevo presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, Juan Ferrer, y la designación como director general de Carlos Eleno supone un cambio en la institución tras el cese de José Joaquín Ripoll, pero a la vez continuidad. Una permuta sin estridencias que deja el puerto en manos de dos ingenieros con una dilatada trayectoria en el ámbito portuario que conocen a la perfección la dársena alicantina, pues en ella han trabajado muchos años.

El acto de proclamación de Juan Ferrer, hasta el cese de Ripoll director general del puerto, tuvo lugar en el salón de actos de la Autoridad Portuaria de Alicante de forma austera. El nuevo máximo responsable de la dársena estuvo acompañado, entre otras autoridades, por el delegado del Gobierno valenciano, Serafín Castellano; la consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig; y el presidente de Puertos del Estado, José Llorca; así como por representantes de la comunidad portuaria.

Los retos que acechan al puerto y, por ende, a la dinamización del tejido económico alicantino no son asunto baladí. La especialización en nichos específicos, el incremento del tráfico de mercancías, así como el refuerzo de las conexiones con el norte de África deben ser prioridad absoluta si se quiere recuperar la viabilidad perdida al inicio de la crisis. «Debemos recuperar el contenedor, atraer el tráfico hortofrutícola, de cereales y vinos, el de vehículos y reforzar los existentes aprovechando la nueva conexión ferroviaria», aseveró Ferrer.

El nombramiento de Ferrer ha acarreado la designación de Carlos Eleno como director general de la Autoridad Portuaria por parte del consejo de administración, cuya celebración tuvo lugar tras el acto de toma de posesión. Eleno ocupaba hasta la fecha el cargo de director general de Transportes y Logística del Gobierno Valenciano, si bien desde los años 1998 hasta 2007 fue responsable del Departamento de Infraestructuras del puerto de Alicante.

La incertidumbre del resultado de la próxima contienda electoral, de cuyo presidente autonómico depende la designación del presidente del puerto, hacía preciso que la etapa de transición que acaba de iniciarse fuera pilotada por personas con el bagaje necesario en aras del interés general. Aunque esta decisión resulta la más acertada, no suele ser norma en la actuación política, ya que, en multitud de ocasiones entran en juego otras variables y componendas. De ahí que la solución adoptada por la Generalitat Valenciana conlleva una clara apuesta por dejar el puerto en manos de técnicos con experiencia.

Sin embargo, la resolución de problemas enquistados como la puesta en funcionamiento de la lonja de pescado, la viabilidad de la terminal de contenedores de la ampliación sur o la investigación iniciada por la Fiscalía en la terraza-discoteca Marmarela del muelle 14 podrían enturbiar la gestión. Otro asunto a considerar será recuperar la confianza de una plantilla en gran medida arrumbada y desmotivada por el poder omnímodo ejercido por la presidencia anterior. Todos anhelan un golpe en la mesa por parte de Ferrer, aunque no todos confían en ello dado el carácter conciliador que todos conocen.

Ferrer defiende en su toma de posesión la viabilidad del puerto como pilar económico de Alicante

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