DONDE DIJE DIGO...

Tengo que reconocer que los socialistas de mi tierra son unos verdaderos artistas en el juego de palabras. Cansados ya de escuchar que el Partido Popular es el partido de los imputados y, por ende, de los corruptos, ahora sale a la palestra el ínclito Manuel Pineda, a la sazón secretario general del PSPV-PSOE en la comarca de la Vega Baja, para aseverar que ellos van a aceptar sin ningún tipo de problemas que imputados por corrupción sean candidatos a las próximas elecciones municipales y autonómicas. Si me pinchan no me sacan sangre. Aquí, en la Vega, los socialistas están viéndolas venir desde hace más de un cuarto de siglo. No levantan cabeza principalmente por todo esto. Y ahora, cómo no, pues donde dije digo digo Diego. Para ellos, como para toda la progresía de nuestro país –¡ay, qué país!– un imputado del PP por cualquier causa, mayor o menor, es un delincuente a las puertas de la trena, mientras que un socialista imputado es un pobre hombre inmerso en una caza de brujas provocada por la derecha y/o jueces prevaricadores.

Manuel Pineda acaba de finiquitar el discurso fácil, barato y cutre de gran parte de las agrupaciones locales del PSPV en la comarca, demostrando que la línea de permisividad de los socialistas es más rosa púrpura que roja, y menos creíble que la escritura de una chabola. No sabemos muy bien si Ximo Puig y Pedro Sánchez –sus máximos representantes autonómico y nacional– han dado el visto bueno al secretario general de la Vega Baja para soltar semejante afirmación, aunque seguramente el líder de los socialistas valencianos no lo verá con malos ojos, porque ya se despachó a gusto hace escasas fechas cuando dijo que la imputación del ex-alcalde de Gandía, José Manuel Orengo, procesado por un supuesto delito de prevaricación «no es un caso de corrupción».

Háganselo ver, señores del PSOE. Que no se les llene tanto la boca de regeneraciones democráticas y transparencias varias, porque el final, sus decálogos de pureza ideológica se autoalimentan con sus propias miserias.