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Radares de tráfico en El Retiro
Controles de velocidad en el parque madrileño
Hasta 1980 el parque de El Retiro de Madrid estuvo abierto al tráfico. Al poco de abrirse al público, en 1873, se creó el paseo de coches, por iniciativa del Duque de Fernán Núñez, que pagó de su bolsillo la mitad del coste. Más adelante se permitió circular en bicicleta y luego en automóvil.
Los problemas comenzaron cuando el parque automovilístico de Madrid aumentó y con él el tráfico. El paseo de coches, que tiene su entrada por la calle de O’Donnell, divide en dos el parque, por lo que el tráfico dificultaba a los peatones cruzarlo. ABC publicó una noticia el 14 de febrero de 1971 en el que se daba cuenta de una medida para limitar la velocidad de los automóviles: «Ensayo en el Retiro. Este aviso a los veloces ha sido instalado en el madrileño parque del Retiro. Mediante un sistema casi infalible de radar pueden ser denunciados los conductores que circulen a más de 40 kilómetros por hora. El fantasma de la multa se cierne sobre El Retiro. Bien está que en lugares tan frecuentados por los niños se haga cumplir a rajatabla la limitación de velocidad». Más tarde, el 21 de febrero se evaluaba la medida: «El domingo pasado dábamos en estas páginas noticia gráfica de la limitación de velocidad impuesta en el madrileño parque del Retiro y controlada por radar. El paseo de coches de nuestra primera Jungla urbana era línea divisoria entre un Retiro Norte y otro Sur que los niños no podían cruzar, amenazados siempre por la rapidez de los conductores. Roy publicamos el reportaje-testimonio de la actuación de este nuevo servicio de la Policía Municipal, que pretende dejar las cosas en su sitio; es decir, que nadie circule a más de 40 kilómetros por hora. Un contador registra automáticamente la velocidad al paso de los coches. Ya se sabe: los veloces tienen la sanción correspondiente. Bien está que, al menos en el Retiro, los paseantes puedan disfrutar a sus anchas»
Cuando paseamos ahora por el paseo de coches y observamos a los patinadores o los ciclistas, nos resulta casi incomprensible que se pudiera circular en automóvil por él. En su momento hubo mucha polémica, primero con la instalación de radares para limitar la velocidad –y multar a troche y moche-, y más tarde con su cierre al tráfico. Como casi siempre que se producen cambios en la circulación y se peatonalizan zonas urbanas, son muchos los que protestan. Pero con el tiempo se comprende que la medida es mejor. ¿Quién, pudiendo pasear, prefiere atravesar el Retiro en automóvil?
Teodoro Naranjo (1930-1982) es uno de los mejores fotoperiodistas que ha dado España. Vinculado durante toda su vida a ABC, dónde entró en la sección de huecograbado con tan solo 15 años, falleció el mismo día que cumplió 52 años. En su esquela le acompañó el título de redactor de ABC, porque desde su fundación, los fotógrafos de nuestro periódico tuvieron la consideración de redactores gráficos. Periodistas antes que fotógrafos