Atamán. El vermut Atamán está elaborado con manzanillas de los históricos cascos bodegueros Angioletti y El Toro, ambos en el barrio alto de Sanlúcar de Barrameda. Está inspirado en las viejas reservas de Atamán que bautizó Manuel Barbadillo, en enero de 1943: vinos quinados y antiguos vermuts que han sido guardados en la bodega durante décadas. Un vermut con carácter y con aromas a ajenjo, 'quassia', naranja amarga, romero y bayas de sauco. VRMT. Este vermut hecho en Montilla (Córdoba) es obra de la colaboración de Bodegas Robles y el chef Paco Morales, dos estrellas Michelin. Está elaborado sobre la base de un vino oloroso ecológico envejecido durante ocho años en barricas de roble, con un toque ligero de Pedro Ximénez. Sigue la fórmula del complejo sistema de criaderas y soleras y en su receta «Andalusí» –tal y como reza su etiqueta– se emplean diez plantas aromáticas que crecen en el propio viñedo ecológico del que sale la uva pedro ximénez con la que se elabora. «Paco Morales ha incorporado aromas y recuerdos de la gastronomía andalusí y es el responsable de su equilibrio entre dulce, amargo y ácido que permite una prolongada presencia de sus aromas en el paladar y nariz. Para ello ha sido fundamental el estudio de las especias andalusíes, especialmente el clavo y la canela», explican desde la bodega. Zecchini. Esta casa genuinamente madrileña presume de haber sido pionera en el mundo del vermut en la capital desde 1940. Trabajan la base de sus distintos vermuts con uvas autóctonas como la airén y la malvar. Entre sus referencias, la marca cuenta con Rojo Madrid, con la base de su vermut en una botella conmemorativa con guiños a la ciudad. Vino blanco con una selección de hierbas aromáticas entre las que destacan la artemisa y especias como el clavo. Noilly Prat. Este 'extra dry' blanco, francés, atesora fragancias del mundo como la manzanilla, el cilantro de Marruecos, las naranjas amargas de Túnez o flor de saúco. Su receta apenas a variado desde 1850 –la casa fue fundada en 1813– y se elabora con una base de vino seco, similar a un jerez, a partir de variedades de uva blancas propias de la zona de Marsella como la pinet, la picpoul o la clairette. Un clásico para los amantes del vermut blanco. Bertsolari. I Tant Vins produce este vermut que ha adquirido notoriedad en su corta vida –algo más de un lustro– y que lleva a gala el uso de hasta 40 botánicos diferentes en su receta. Un vermut heredero de la tradición catalana –ahí está la historia de ciudades como Reus– que lleva un nombre vasco y que guarda con celo algunos de las hierbas que le procuran su carácter. Presume de ser un vermut equilibrado que seduce a quienes buscan algo dulzón sin que canse. Lacuesta 'Edición limitada'. Martínez Lacuesta elabora su vermut desde 1937 con la misma fórmula. Una receta basada en 'la Conzia', una fórmula magistral compuesta que la familia compró a José María Jové, un industrial catalán de ascendencia suiza, en plena Guerra Cilvil. Esa receta incluye 24 plantas maceradas en vino blanco dentro de barricas. Su 'Edición limitada' se diferencia del resto de referencias de la bodega por el número de meses que envejece en barricas de acacia, 14 meses. Casa Mariol. Casa Mariol lleva más de un siglo dedicado a elaborar vinos en la Terra Alta (Tarragona). El vermut ha sido la elaboración estrella de esta bodega, en la que emplean la base de uno de sus vinos blancos –100% macabeo– y los botánicos que rodean los viñedos de esta comarca. Una receta familiar que incluye más de un centenar de botánicos con un predominio de notas cítricas. Domingo. Ajenjo, díctamo de creta, canela, genciana, clavo, coriandro, cuasía, sauco y enebro. Estos son algunos de los ingredientes de este laureado homenaje de la casa Osborne al vermut y a su emblemática cita con los domingos. En su corta historia, este vermut dulzón en su justa medida, ha logrado las medallas de oro de citas como The Spirits Business o la San Francisco World Spirits Competition. Carpano Antica Formula. La historia atribuye al destilador italiano Antonio Benedetto Carpano la invención del vermut, en Turín, en 1786. Este vermut es un homenaje a él y a la supuesta receta original que habría encontrado la compañía en los archivos. Más de 30 hierbas y especias diferentes en una botella réplica de la original del S. XVIII, elaborada a mano, y numerada en sus etiquetas. Especiado, avainillado y con un amargo persistente que recuerda a la cáscara de la naranja. Un aperitivo con mucha historia. Bonanto, esencia de un vermut. No es un vermut propiamente, es cierto, pero recoge la esencia de esta bebida. Este flamante aperitivo está basado en la fórmula de un vermut a base de vino blanco con más de 30 botánicos, plantas aromáticas mediterráneas y una selección de cítricos que se complementa con un destilado de cereza y manzana. Sus creadores proponen utilizarlo en partes iguales con un fino de Montilla o con otro vermut como el mencionado Carpano Antica Fórmula y un 'dash' de naranja amarga.