La policía los vigila día y noche. Conocen todos sus movimientos y no pierden detalle de nada de lo que hacen. Son una docena de pederastas fichados en los últimos cinco años y que concuerdan con alguna de las descripciones aportadas por las menores agredidas. El control es absoluto. Los investigadores, al contrario de lo que se había dado a conocer, apuntan a que el pederasta no es un hombre inteligente ni actúa con premeditación. Se trata de un agresor sexual típico que comete el delito cuando quiere satisfacer su instinto criminal y sin haber estudiado el terreno. Sus víctimas son siempre niñas,...