Tantos asistentes que podrían haber abarrotado 48 campos de fútbol. Cerca de un millón y medio de peregrinos, según los cálculos de la Policía Nacional, que estaban esperando la llegada de Benedicto XVI. El acto central, el más esperado por unos y otros que comenzaba con la preocupación del pontífice por la noche pasada por agua y barro.El multitudinario encuentro, seguido de cerca por los reyes, los ministros Jáuregui y Blanco, así como el ex presidente Aznar, entre otros cargos públicos, se ha convertido en un llamamiento del Papa para que los jóvenes creyentes mantengan y no oculten su fe en...