Carácter y elegancia de Cigales

Sería nube si me convirtiese en ese chal con el que las mujeres se envuelven la cabeza. Y así atrapar su pensar. Sería nube si accediese a encubrir el sol. Y así atrapar la soledad. Sería nube si fuese vino de garnachas, como Finca Herrera . Y así atrapar la levedad. Fresa ácida, cerezas, ciruela amarilla… Una macedonia de frutas, un sabor, la finura. Carácter y elegancia. Todo es verdad. Será el otoño que nos acecha entre mañanas frescas y mediodías que a veces pesan del calor que aún queda, de los cientos de vinos que se prueban entre botellas que no despiertan y otras que se alejan sin personalidad. Será el otoño. Será ya. Será como una mujer leve, nunca frágil, bella cuando te deja catar su alma, cuando tocas su corazón. Y el cuerpo... ¡qué más da! Un vino de garnachas, de carácter complejo y limpio a la vez , peso frutal. Un vino de Manuel Herrera, de alguien que quiso un día honrar la tierra de sus padres a través de la tierra, honrar las viñas a través de cepas viejas. Que quiso honrar la garnacha con su esencia. Será lo que es. Un vino y su feminidad. Carácter y elegancia. Todo es verdad.