«Vuélvome a mi madre», decía emocionada Santa Teresa de Jesús cada vez que pisaba de nuevo su primer convento en Ávila. Sus pasos la alejaron a distintos puntos de la geografía española pero su tierra natal y el entorno siempre fueron un lugar al que regresar. Prueba de ello es que la mayor parte de las ciudades en las que dejó su huella están en Castilla y León -con un total de nueve fundaciones- y aún ahora, cuando se cumplen cinco siglos de su nacimiento, conservan parte de su legado original.
Eventos del V centenario
Varios eventos elevarán el nombre de la mística en 2015. Es su año, y el 28 de marzo tendrá lugar la celebración oficial de la conmemoración, pero no será la única cita a marcar en el calendario. Las ciudades que la vieron nacer y morir, Ávila y Alba de Tormes, acogerán la vigésima edición de la reconocida muestra sobre arte sacro «Las Edades del Hombre», dedicada a su figura; y en el marco de la efemérides la capital amurallada acogerá en agosto el Encuentro Europeo de Jóvenes. Más allá de estas fechas, bien como complemento de las mismas o para quienes prefieran una experiencia más personal, Castilla y León ofrece la oportunidad de comprender las claves de su vida, de enfrentarse cara a cara con sus pisadas, su niñez, las primeras piedras de su aventura y las fundaciones que erigió la santa andariega.
Ruta completa
Partir desde Ávila, a Segovia, Soria, Burgos, Palencia, Valladolid, Medina del Campo, Salamanca y acabar en Alba de Tormes. Es la ruta completa a realizar, para quienes tengan tiempo, y con la que se puede visitar la mella teresiana anclada en esta comunidad autónoma. Con la misma se atraviesa su variado paisaje natural, el encanto de sus pueblos, la belleza de su patrimonio y el sabor de sus fogones. Si la disponibilidad de días libres es inferior, otras opciones de recorrido permiten echar vistazos más cortos.
Sus inicios
De esta forma se puede concentrar la visita en momentos concretos de su vida, como sus inicios. En Ávila fundó el primer convento de Carmelitas Descalzas, el Monasterio de San José, en 1562. Cinco años después viajaría a Medina del Campo para su siguiente paso —la segunda casa del Carmelo reformado—, y de ahí a Valladolid capital, donde aún se conserva la celda que ocupó en el Convento de Santa Teresa.
Últimas moradas
Si suscita más interés su etapa final, el Monasterio Carmelita de Soria, el de San José y Santa Ana en Burgos y la iglesia de San Bernardo sobre el lugar que ocupó el convento que fundó en Palencia fueron sus últimas moradas. Los que prefieran ir al grano: otro recorrido conecta la capital abulense y Alba de Tormes, cuna y tumba.
Patrimonio de la Humanidad
Otro ejemplo, es seguir a Santa Teresa por las ciudades patrimonio de la Humanidad de Castilla y León. Encontrar primero su estatua junto a la muralla abulense e imaginarse a la mística y a su hermano planeando huir como mártires a tierra de moros desde los Cuatro Postes; partir después hacia Segovia y coger un mapa en la oficina de Turismo que hay junto al Acueducto para llegar hasta el Convento de las Carmelitas Descalzas de San José; y, por último, acercarse a Salamanca para conocer la Casa de Santa Teresa y ya de paso disfrutar de la capital charra a oscuras con una visita a las torres de la Catedral vieja, recordando que la mística vivió las obras de construcción de una seo gótica, que iba a sustituir a ésta, si bien permanecen las dos.