El rincón veraniego de García Lorca

El hotel España de Lanjarón (Granada) cumple cien años

Una de las dos habitaciones que ocuparon García Lorca y su familia Hotel España
Manuel Moreno

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Uno se recuesta en la terraza del hotel España de Lanjarón (Granada) y puede soñar con Federico García Lorca escribiendo algunos de los poemas de su «Romancero gitano». Uno se sienta en el restaurante de este alojamiento de dos estrellas, emplazado en la calle principal del angosto pueblo de la Alpujarra, y puede fantasear con que García Lorca y Manuel de Falla tocan el mismo piano de pared que ahora da la bienvenida a los comensales con una silueta del inmortal poeta al lado.

Uno pasa también a las habitaciones 207 y 207B, que se pueden visitar gratis, y presiente que el dramaturgo granadino le dará los buenos días en cualquier momento. Son los dormitorios que ocuparon García Lorca y su familia, en los que nadie puede pernoctar pero todo el mundo puede echar la imaginación a volar por unos instantes. Porque en el hotel huele a Federico en cada rincón, como sucede en las fuentes de este acuoso municipio adornadas con versos del poeta mientras brota por sus caños el agua que ha hecho famoso a este pueblo de 3.600 habitantes.

Situado a cincuenta metros del balneario de Lanjarón, en el hotel España García Lorca pasó con su familia los últimos doce veranos antes de su asesinato, el 18 de agosto de 1936, en el primer mes de la guerra civil. «Hacia el 15 de agosto, creo que desde el año 1923 ó 1924, íbamos toda la familia dos semanas a tomar las aguas de Lanjarón, que le sentaban muy bien a mi madre. Seguimos yendo a Lanjarón hasta el año 1935. Vivíamos en el Hotel España, que era entonces el mejor y estaba muy cerquita del balneario. A Federico le hacían feliz estos días y allí escribió algunos de los romances gitanos». Así lo cuenta Isabel García Lorca, la hermana pequeña del poeta, en su libro «Recuerdos míos».

La familia empezó a visitar asiduamente Lanjarón, «un lugar maravilloso rodeado de castañares y diminutas huertas», para que doña Vicenta , la madre de Federico, tomase el agua de la «curativa» capuchina, que «era buenísima para el hígado y la hepatitis». Federico también hacía vida de balneario, donde «se reunía por la mañanas con un grupo increíble de gente». En cambio su padre, también de nombre Federico, se quedaba leyendo el periódico en la misma terraza del hotel España donde uno puede ahora degustar un contundente plato alpujarreño (con ingredientes como morcilla, lomo de orza, patatas a lo pobre, huevos fritos…). Ya por las tardes todos salían a dar «grandes paseos por los montes en unos sitios increíbles».

El hotel, emplazado a 45 kilómetros al sur de Granada, abrió con el nombre Gran Hotel España el 31 de enero de 1917; ese mismo día el Rey Alfonso XIII pasó por Lanjarón para visitar oficialmente Órgiva, diez kilómetros más arriba por una sinuosa carretera. Por tanto, este coqueto y añejo alojamiento, con un mobiliario muy bien conservado, cumple su primer centenario este año. Y lo celebró con una multitudinaria fiesta el 18 de agosto, fecha elegida al azar aunque coincidió casualmente con el aniversario del asesinato de García Lorca. No faltó el alma del poeta, encarnado en un actor que dio la bienvenida a los sorprendidos invitados.

En esa reunión de clientes y amigos su gerente, Francisco Gálvez, rememoró que el torero «Manolete» y su novia Lupe Sino se hospedaron también allí; al igual que Salvador Dalí , Manuel de Falla , los escritores Luis Seco de Lucena y Santiago Rusiñol , el cantante Juanito Valderrama , el presidente del Atletico de Madrid Vicente Calderón o la familia real de Marruecos.

Entre los empleados cuentan que alrededor del piano que preside ahora el restaurante se gestó parte de la revista «El Gallo» y el poema «La casada infiel», basado en unos hechos reales ocurridos en un cortijo cercano. Es el mismo piano de pared con el que Federico animó las tardes en el salón del hotel para que la gente bailase y con el que el joven poeta enamoró a María Luisa Natera Ladrón de Guevara , a quien conoció en el balneario.

Cuentan también que el espíritu de Federico acarició de nuevo las teclas durante la fiesta del 18 de agosto para conmemorar el primer centenario del histórico hotel España.

El rincón veraniego de García Lorca

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