La otra cara de Madrid

Te recomendamos una sencilla ruta que seguro que has realizado millones de veces. Ahora, sin embargo, te proponemos que te fijes en los detalles

La otra cara de Madrid

JAIME RECARTE

Hace frío, pero pasear por el centro de Madrid sigue siendo un buen plan para el fin de semana. Las calles, las plazas y los jardines ofrecen al paseante islas de distracción y calma en medio del océano de ruidos y coches que es la capital. Pasear, además de ser un ejercicio cardiosaludable, idóneo para los que no hacemos demasiado deporte, es una actividad con enormes beneficios para curar el ánimo desgastado después de toda la semana. Desde ABC te recomendamos una sencilla ruta que seguro que has realizado millones de veces. Ahora, sin embargo, te proponemos que te fijes en los detalles.

Nuestro plan comienza en Plaza de España. Desde allí puedes mirar la Gran vía de Madrid en todo su esplendor y apogeo. Si quieres puedes hasta tomar una foto. A tus espaldas vas a dejar el Tempo de Debod. Pero hoy nos vamos a apartar de los coches. En lugar de seguir el camino de todo el mundo, gírate a la derecha y encamínate hacia el Palacio Real. No vayas recto. No tienes prisa, puedes tomarte unos minutos en los Jardines de Sabatini.

Si empiezas a escuchar música sé como una serpiente y déjate hipnotizar. Es probable que te encuentres con un chico tocando el arpa, o con algún violonchelo, o que incluso te encuentres con algún pequeño concierto de música clásica. Pierde el tiempo y ganarás en felicidad. Una vez que llegues a la puerta del Palacio puedes entretenerte contando los coches de policía y de Guardia Civil. Si eres observador te habrás dado cuenta de que no suele haber muchos «verdes» por el centro.

Deja el Palacio Real a tus espaldas y encandílate con las estatuas que hay enfrente. Estás en la Plaza de Oriente. ¿Sabrías decir algo de alguno de ellas? ¿No? Si eres de esos, saca tu smartphone y entérate. Si puedes vivir con la angustia de no saber, espérate a llegar a casa.

Continúa hacia el Teatro Real. Lo de la ópera, sí. De ahí el nombre de la estación de metro. Un plan estupendo sería ir a la ópera, pero asumimos que no has sacado entradas, así que aquí solo te proponemos hacer un alto para reponer fuerzas. Seguro que no te has fijado en un pequeño café situado en la plaza. Si puedes, sube a la planta alta de «El café del Real (recomendado especialmente para parejas). Es de esos lugares que merece la pena conocer. Si no eres demasiado alto mejor. Te sorprenderá.

Arenal ya es otra cosa. Tiendas, cervecerías y bullicio. Pero nosotros vamos buscando remansos de paz, así que vamos a detenernos en una de las librerías más curiosas de Madrid. Justo después de la iglesia de San Ginés de Arlés, en el pasadizo, tienes cientos de libros antiguos que no has leído (si no eres mucho de leer siempre puedes hacerte una foto para parecer más interesante). Pero, si rebuscas un poco, seguro que hay alguno para ti.

Si no quieres un chocolate con churros en la mítica chocolatería situada al fondo del pasadizo, puedes continuar (di)vagando por las calles del centro. No vayas directamente a Sol. No hay nada más aburrido que ir directamente de un sitio a otro. A tu izquierda y a tu derecha tienes plazas. Seguro que has pasado por ahí, pero ¿te has parado a mirar qué es lo que hay en cada una? Te recomendamos subir hacia la izquierda, a espaldas de El Corte Inglés y desviarte por la sede de la Fundación Caja Madrid. ¿Eres bibliófilo? Busca el cartel.

Puedes subir y bajar en todas direcciones. Vinotecas, cervecerías y hasta una tienda de vinilos te esperan en la calle Postigo de San Martín. En Madrueño, por ejemplo, podrás ver botellas antiguas llenas de curiosidades. Esta antigua licorería va ya por su tercera generación. Frente a ella, en La Central, podrás tomar algo en su cafetería interior y encontrar libros acerca de casi cualquier tema y también en versión original.

Si llegas hasta la puerta del Sol te recomendamos que te conviertas en un guiri por un momento. Busca un sitio en el que no se choque nadie contigo –no es tan fácil– y disponte a mirar como si fueses a hacer una fotografía. ¿Dónde está Tío Pepe? ¿Y el Oso y el Madroño? ¿Sabes dónde estaban antes? ¿ Y el Kilómetro 0? ¿Y Carlos III? ¿Cuántas veces te habías fijado en ellos?

Cuando te entre hambre tendrás que alejarte un poco del gentío. Los madrileños sabemos bien que donde hay «guiris» la comida es muy cara o demasiado barata para estar tan rica como merece nuestro paseo. Las posibilidades son muy amplias y seguro que encuentras algo que sea de tu gusto

A partir de aquí tú eres quien decide. Si ya te has cansado de pasear tranquilo puedes animarte a tomar una copa por un más que módico precio en la Plaza del Carmen (+K Copas, tan solo 4€) o seguir caminando sin más. Todos los caminos llegan a Roma, o en este caso a Sol. La vuelta a casa ya es cosa tuya.

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