«Perdida» y otras películas imprescindibles de David Fincher
Considerado uno de los mejores directores de su generación, solo le falta el Oscar para rubricar una carrera brillante
Considerado uno de los mejores directores de su generación, solo le falta el Oscar para rubricar una carrera brillante
1
«Seven» (1995)
La primera película de David Fincher , « Alien 3 », no había dejado un buen sabor de boca. Sorprendentemente, a pesar de que hubo una cuarta entrega, su versión fue la peor de la saga... Pero se resarcio con crisis con su siguiente filme, «Seven», un absorbente e intenso thriller que revolucionó el género y dejó claro cuál era el auténtico potencial de su director, un genio del ritmo narrativo y la potencia visual. « Seven » sigue los pasos de una pareja de policías que investiga los crímenes de un retorcido asesino en serie que castiga a sus víctimas siguiendo un macabro patrón: el de los pecados capitales. Así, va matando uno a uno a quienes considera responsables de caer en la pereza, la gula o la ira. Una soberbia pieza con dos protagonistas a gran nivel: Morgan Freeman y Brad Pitt .
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2
«The game» (1997)
Fincher volvió a marcarse un estupendo thriller con la juguetona « The game », que sigue las peripecias de un amargado y desgraciado Michael Douglas , cuya vida, hasta entonces tan privilegiada como rutinaria, da un brusco volantazo por culpa de su hermano ( Sean Penn ). Todo lo que éste quería era sacudir su monotóna existencia regalándole, por su cumpleaños, una especie de experiencia vital revolucionaria, un juego para el que, sin embargo, es rechazado. A pesar de la negativa que recibe el protagonista, todo a su alrededor empieza a desmadrarse y pronto se da cuenta de que su vida está en peligro.
3
«El club de la lucha» (1999)
La novela de Chuck Palahniuk en la que se basa « El club de la lucha » había supuesto un éxito de ventas pero era ya, en sí misma, un material de lo más alucinado y provocador. Fincher supo trasladarla a la perfección a la gran pantalla , de nuevo con Brad Pitt en estado de gracia como el inclasificable Tyler Durden, el alocado nihilista-terrorista que pone patas arriba la vida del insomne Edward Norton . «La primera regla del Club de la Lucha es que no se habla del Club de la Lucha», recita Durden a modo de mantra, mientras organiza peleas y trama planes surrealistas para quebrantar el orden establecido. Una fábula desquiciada y genial.
4
«La habitación del pánico» (2002)
En 2002 el cineasta encerró a Jodie Foster y una todavía juvenil Kristen Stewart en un cuarto claustrofóbico que se convierte en su único refugio frente a los ladrones que pretenden desvalijar su casa. Solas ante el peligro en « La habitación del pánico », todo un tour de force en el que Fincher demuestra su maestría visual una vez más. No apta para público con aversión a los espacios reducidos.
5
«Zodiac» (2007)
Fue necesario que transcurrieran cinco años para que Fincher volviera por sus fueros tras el experimento de La habitación del pánico con otro de esos thrillers densos y rebosantes de complejidad, marca de la casa. Pero la espera valió la pena, porque el resultado, « Zodiac », es uno de los mejores filmes sobre un asesino en serie jamás rodado. Increíblemente no logró el reconocimiento que merecía, tal vez lastrada por su extenso metraje o porque no lo pone precisamente fácil al espectador, minuciosa y prolija como es. A partir de un caso real, ocurrido en los años 70, Zodiac sigue los pasos de un dibujante inquieto ( Jake Gyllenhaal ) y un periodista de vuelta de todo ( Robert Downey Jr. ) durante el transcurso de una larga y enrevesada investigación.
6
«El curioso caso de Benjamin Button» (2008)
Paradojas de la Academia, la película con más nominaciones a los Oscar de Fincher (un total de 13) está lejos de ser la mejor de su carrera. « El curioso caso de Benjamin Button », que se llevó tres estatuillas, aunque en categorías menores, es una joya en términos visuales y rezuma el perfeccionismo que caracteriza al director... pero no acaba de ser una película Fincher. Con todo, merece la pena, aunque solo sea por ver cómo Brad Pitt envejece al revés, cada día más joven, en un alarde de uso de efectos visuales y maquillaje.
7
«La red social» (2010)
Tres Oscar, ninguno para Fincher (deuda pendiente de la Academia), pero la sensación de que había creado una de sus películas más redondas cuando se estrenó en 2010. Sensación que aún perdura cuando se revisa « La red social », el formidable relato de cómo Mark Zuckerberg (aquí encarnado por Jesse Eisenberg ) levantó de la nada (aunque con ayuda y, según a quién se pregunte, robando las ideas de otros) el imperio que es hoy Facebook. Resulta fascinante observar cómo Fincher da una lección magistral de ritmo en una película eminentemente hablada, sin apenas acción, que se contempla sin parpadear.
8
«Los hombres que no amaban a las mujeres» (2011)
De vuelta a su género favorito, Fincher demostró hasta qué punto puede cambiar la adaptación de una novela en manos de un director privilegiado. Las versiones suecas de la exitosa saga Millennium se vieron repentinamente empequeñecidas cuando Fincher lanzó su filme, que exprimió hasta la última gota el texto de Stieg Larsson y lo proyectó a una nueva dimensión. En « Los hombres que no amaban a las mujeres » sí palpita de forma veraz una maldad escondida bajo la nieve que patea el periodista humillado Blomkvist (sobrio Daniel Craig ). Rooney Mara , como Lisbeth Salander, demostró que podía estar a la altura de Noomi Rapace , dueña del personaje en la trilogía nórdica (y la única que se salvaba).
9
«Perdida» (2014)
La Academia de Cine de Estados Unidos debería someterse a una seria introspección si vuelve a pasar por alto el desempeño de David Fincher, que ha vuelto a dar con « Perdida » en el centro de la diana con una nueva adaptación de un best seller que le permite seguir indagando en el thriller; pero en el que, ante todo, puede ofrecer una disección del matrimonio y las relaciones de pareja. Cuando desaparece su mujer ( Rosamund Pike ), Nick ( Ben Affleck ) se convierte en el principal sospechoso, y la mano genial de Fincher va escarbando a lo largo de dos horas y media para mostrarnos lo fea que es la verdad.
Crítica de «Perdida» de Federico Marín