artes&letras

José Pedro Muñoz Herrera, in memoriam

«Fue una persona culta y entrañable; un hombre silencioso, poco dado a la vida pública, que disfrutaba con sus investigaciones y con su trabajo»

por alfonso gonzález-calero

Que la muerte arrebate bruscamente a una persona en plena madurez , cuando aún tenía muchas cosas por hacer y decir, es siempre poco explicable y doloroso . Así ha sucedido hace unas semanas con José Pedro Muñoz Herrera, toledano, 57 años, historiador del arte , director del Centro de Restauración de Castilla-La Mancha, y amigo.

La última vez que hablé con él, en junio , fue para pedirle que interviniera en el ciclo que la Biblioteca de Castilla-La Mancha estaba organizando en torno a las Artes Plásticas en la Toledo contemporánea. Le propuse que preparara una charla sobre el siglo XIX y aceptó sin rechistar , sabiendo lo difícil que es resumir en 50 minutos todo un siglo en sus diferentes manifestaciones plásticas: Pintura, Escultura, Arquitectura. Yo estaba seguro de que José Pedro (Josepe para los amigos) saldría con éxito del reto. Ahora ya no podrá ser . No obstante, el día previsto para esa charla, el lunes 9 de noviembre, le recordaremos en la Biblioteca.

José Pedro era un investigador muy riguroso, un muy buen conocedor de su ciudad sobre todo en los siglos XVIII al XX , con una curiosidad despierta por todo lo que tuviera relación con su arte, con su patrimonio, con su pasado. Pero, además de eso, alguien con una versión muy personal y muy crítica de su presente.

No era nada complaciente ni gustaba de reconocimientos oficiales. En su trabajo para la Administración, cumplía bien su cometido, en medio de los enormes recortes que el Centro de Restauración había sufrido en los últimos años; esperanzado de que los tiempos empezaran a traer mejores noticias en este sentido.

José Pedro era un gran experto en Historia del Arte y un excelente conocedor de algunos de los mejores pintores toledanos a caballo entre los siglos XIX y XX . Había comisariado sendas exposiciones sobre Ricardo Arredondo y Enrique Vera financiadas ambas por la extinta CCM; y editado los catálogos correspondientes a ambas, que quedarán para el futuro como recuerdo de aquellas muestras.

Pero muchos años antes, en 1993, había publicado un maravilloso libro sobre «Imágenes de la melancolía», la visión que de Toledo tuvieron y mostraron los viajeros extranjeros que nos visitaron en los siglos XVIII y XIX. Libro con el que ganó el premio san Ildefonso de Temas Toledanos en ese año, y que debería ahora ser reeditado, por su enorme interés intrínseco y como pequeño homenaje de la ciudad a su memoria.

Al margen de ese libro y esas exposiciones, José Pedro había publicado numerosos artículos en casi todas las entregas de «Archivo Secreto» , la excelente revista cultural que edita el Archivo municipal de Toledo, sobre pintores foráneos que pintaron Toledo, sobre El Greco, sobre la Sociedad Arqueológica de Toledo , etc. Así como otras monografías sobre pintores extranjeros como el norteamericano John Singer Sargent o el irlandés Stewart Dick.

No hablo de sus aficiones poéticas y musicales (Equinocio de primavera, El pecho de Andy , etc.), porque yo no le conocí en esa época y porque otros (Jesús Maroto, Mª José Muñoz y Paco García Martín) ya lo han hecho antes , con motivo de su muerte.

José Pedro fue una persona culta y entrañable; un hombre silencioso, poco dado a la vida pública, que disfrutaba con sus investigaciones y con su trabajo. Una persona amante de Toledo y muy crítico con la realidad social que le circundaba. Y un amigo de sus amigos. Descanse en paz.

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