Tres hombres propinan una fuerte paliza a un joyero y a su padre en Cobisa
El suceso se ha producido entre las 9.30 y 10 horas en la calle de Julián Muro
A mediodía de este martes, Carlos Díaz, un joyero de 33 años, ha sido dado de alta en el hospital Virgen de la Salud de Toledo, donde ingresó en el Servicio de Urgencias un par de horas antes. Ha sido víctima de un violento atraco en su propia joyería en Cobisa, de donde los ladrones se han llevado un botín aún sin cuantificar.
Pero Carlos no ha sido el único agredido. Magullado todavía por los puñetazos que recibió, el joyero ha dejado dentro del hospital a su padre, José, de 75 años, quien ha salido peor parado de la brutal paliza. El anciano, al que los ladrones propiciaron un durísimo golpe en un ojo, pasará la noche en observación en el Servicio de Urgencias para comprobar su evolución.
El atraco fue perpetrado en la única joyería de Cobisa (más de 4.000 habitantes). Situada en el número 1 de la calle de Julián Muro, este céntrico negocio familiar se encuentra al comienzo de una zona peatonal de 60 metros de longitud, entre la plaza Juego de Pelota y el Ayuntamiento.
Un infierno
En el momento del atraco, Carlos estaba acompañado de su padre, que vive justo a la vuelta de la esquina, en la calle de Torrontero. Algunos vecinos cuentan que entre las 9.30 y las 10.00 horas, unos hombres corpulentos y bien vestidos llamaron al timbre de la puerta de la Joyería Díaz, un negocio que la madre de Carlos, ya fallecida, traspasó a su hijo. Este habría tranqueado el paso a los individuos, lo que significaría que el joyero conocía a sus ladrones o que estos no levantaron sospechas en el comerciante.
Ya en el interior, Carlos y su padre vivieron un auténtico infierno durante varios minutos que seguro les parecieron horas. Recibieron numerosos puñetazos de los ladrones, que se hicieron con un botín compuesto de joyas y dinero. Aunque, a primera vista, no se llevaron piezas del escaparate de la joyería, en cuyo interior dejaron malheridos y ensangrentados a su propietario y a su progenitor. Estos salieron a la calle pidiendo ayuda, dejando rastro de su sangre en la puerta y en una jamba.
Hablan de al menos tres atracadores, todos extranjeros, aunque es probable que hubiera alguno más en el exterior en labores de vigilancia. Podrían ser los mismos individuos que una vecina cree que vio en las inmediaciones días pasados. Así se lo contó esta mujer a los investigadores de la Guardia Civil que realizaron la inspección ocular y recogieron pruebas dentro de la joyería, que cumple con las medidas de seguridad exigidas a estos negocios. «¡Cómo me podía imaginar yo esto!», exclamaba la vecina ante uno de los guardias civiles que custodiaba la puerta de la joyería.
Otra mujer contaba que minutos antes del atraco vio a un individuo hablando por un teléfono móvil junto a la esquina de la sucursal de la Caja Rural Castilla-La Mancha, que se encuentra a apenas 15 metros de la joyería. Era el mismo sujeto que había visto días atrás. Pero ayer este hombre llevaba puesta una braga para cubrir gran parte de su rostro antes de que ocurriese uno de los hechos más violentos que se recuerdan en Cobisa.
Padre e hijo fueron trasladados en dos ambulancias hasta el hospital Virgen de la Salud de Toledo para ser atendidos en el Servicio de Urgencias. Para entonces, los ladrones ya habían huido en al menos un vehículo. Guardias civiles de Policía Judicial, que seguían la pista de un automóvil sospechoso, también cotejaron las cámaras de seguridad de la Caja Rural Castilla-La Mancha, cuyo cajero automático fue arrancado por unos ladrones hace casi catorce meses.