ENTREVISTA
«La Academia ha estado aislada, y se nota; ¿por qué no cuentan con nosotros para el POM?»
Ganas y entusiasmo no le faltan al director de la Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo para liderar la nueva etapa que inicia la centenaria institución toledana. «Hay que reinventarse», dice, pero destaca los valores de los académicos de antes y de ahora
Estrena su cargo prácticamente a la par que la nueva sede de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (RABACHT), en la calle de la Plata número 20 (antigua Sindicatura de Cuentas) y los obreros pululan por las salas de las plantas del edificio con impresionantes vistas al Casco Histórico desde la terraza. Dirige una institución que en 2016 cumplirá cien años de vida, que precisa cierta renovación, nueva savia, aunque él parece estar en el mundo. Ya jubilado, después de 35 años impartiendo música en el instituto El Greco, por su clase han pasado muchos toledanos, alguno «famoso» como el actual presidente de la Junta, Emiliano García-Page («tenía buen oído, sí»), y a todos ellos trató de inculcarles el amor por la música y el arte. Dentro de este campo, se define como compositor, y ha creado ya 72 obras. Además, es el fundador de la música sinestésica, palabra inventada por él, y se apasiona hablando del asunto. Le digo que mejor lo dejamos para otro momento y él, que también rescató la partitura, las danzas y los trajes de la inquietante «Danza de la Sibila», del siglo X, acepta encantado.
La revolución
—En la apertura del curso usted habló de una revolución en la cultura, el arte y el saber para que llegue a todos los ciudadanos de Toledo y de la región. ¿Cómo fue recibida por los académicos la palabra revolución en su discurso?
—Bien. Porque añadí la palabra transformación, y ellos son los primeros conscientes de que la transformación es necesaria. La Academia tiene que reinventarse.
—¿Transformación biológica también, savia nueva en la Academia?, ¿cuál es la media de edad de los académicos?
—80 años. Mire, es que antes la Academia era el fin de una etapa profesional, el culmen de una carrera. Mi visión es otra, claro, y la renovación ya ha empezado por mí, que fui académico a los 55 años (ahora tiene 61) y ahora hay personas mucho más jóvenes.
—¿Es usted partidario de la cultura de masas? Me refiero al Año Greco, que fue un auténtico fenómeno cultural. Pero ya pasó, y parece que la ciudad se ha quedado huérfana .
—Soy partidario de toda la cultura. En clase, con mis alumnos, hemos hablado de que para llegar a una cultura de excelencia no hay más remedio que empezar por la base. Por ejemplo, en ese Año Greco, cuántas personas verían por primera vez las obras del cretense. Muchas, aunque quizá perdimos la oportunidad de enseñar algo. Todo el acontecimiento estuvo muy bien, pero a lo mejor descuidamos un poco a esa población que necesita aprender, como cosas que hubieran quedado tras el Año Greco, además de, por ejemplo, la escultura de Cristina Iglesias.
—¿Le gusta esa obra?
—Mire, el artista de hoy mira menos el gusto de la gente. Somos más atrevidos y más osados seguramente. El Greco tenía que pintar lo que pintaba porque para eso le pagaban. Yo no tengo esa necesidad, y Cristina Iglesias, ya, tampoco. Puede permitirse el lujo de hacer realmente lo que le gusta a ella. Esta ciudad tiene que romper por muchos sitios. Si Toledo es 16 siglos de cultura de España, ¿por qué no puede estar llamado a seguir siendo el que rompa la cultura en este país y de donde arranque una nueva forma de ver y de contemplar y de irradiar la cultura de nuestro tiempo. ¿Por qué no puede ser desde Toledo? En una de las exposiciones de sinestésica que ha estado en Barcelona, le maravillaría ver cómo la gente la acogió, aunque todo el mundo me preguntaba que qué hacía yo en Toledo, como si Toledo fuera una cosa allí perdida en España. La imagen que se tiene de Toledo fuera es obsoleta, una ciudad antigua…
—Pero luego vienen a verla.
—Ya, pero vienen al parque temático.
Los proyectos
—El Greco atrajo a mucha gente a Toledo. Y usted, ¿cómo piensa llevar la cultura a la gente desde esta academia centenaria?
—Tenemos varios proyectos. La sala de exposiciones temporales, que se inaugurará en enero de 2016 y que albergará obras de académicos y de primeras figuras nacionales e internacionales, además de aficionados, jóvenes que están empezando y que deben tener un lugar donde poder exponer, cosa que en Toledo no hay; no disponemos aún de una gran sala de exposiciones temporales para este fin. Segundo, todo el que lo desee podrá acceder a la biblioteca, los fondos bibliográficos y el archivo de esta academia. Y al mismo tiempo, las publicaciones que se puedan realizar, los conciertos que programaremos para el Centenario, y no solo de música clásica. Este es el abanico que hemos abierto para que cualquier ciudadano pueda acceder a la cultura. Y potenciaremos nuestra presencia en la ciudad, en las instituciones.
—Da la impresión de que la Academia ha estado muy aislada.
—Exacto, y se nota. Por ejemplo, le hablo de un tema de actualidad, el Plan de Ordenación Municipal (POM). Pues bien, la Academia de Bellas Artes y Ciencias Histórica de Toledo no está representada ahí y a mí me parece increíble por una razón: tenemos entre nosotros al arquitecto municipal que desarrolló el POM de 1978, que derivó en el Polígono Industrial que ahora todos festejamos. En aquel momento fue una verdadera osadía decir: pues Toledo va a crecer por aquí. Y ese POM del 78 era para ir más allá del que se hizo en 1964, que se había quedado obsoleto. Y yo me pregunto que cómo no se cuenta con una institución como ésta para el POM. Le he dicho a la alcaldesa que cuente con nosotros.
El mea culpa
—Quizá el hecho de que no se cuente con la Academia sea un poco culpa de todos.
—Y yo soy el primero que entono el mea culpa. Pero mire, otro ejemplo: Farcama. Tenemos al premio nacional de artesanía con nosotros, Félix del Valle. ¿Cómo no se cuenta con nosotros? Aunque no sea más que para ayudar, potenciar y difundir la obra de los artesanos, que ya es bastante. Voy a ir a Farcama a decirle a los artesanos que cuenten con nosotros, que tenemos las puertas abiertas, y estamos abiertos tanto a lo local, provincial como regional, y esto tendré que hablarlo con el presidente de la Junta.
—La Academia ha perdido influencia a la hora de controlar el respeto por el patrimonio toledano. Los dictámenes que emitía hace 20 o 30 años sobre atentados urbanísticos o deterioro en monumentos eran más escuchados por las instituciones.
—No sé por qué ocurre eso, puedo tener mi criterio personal. Puedo preguntarme si ha interesado a alguien que esta casa quedara un poco relegada en el tiempo…pues a lo mejor ha habido esa intención, pero es un mero juicio de valor. Lo que sí es demostrable es que mientras otras instituciones más modernas, mientras que otros estamentos más jóvenes se han preocupado por el patrimonio, la Academia, desde su fundación, viene luchando y peleando por ello. La Academia se funda en 1916, bien; pues el primer acto que hace es la reconstrucción de la iglesia de San Lucas, y lo costea ella. Y ese mismo año ya hay constancia de mociones e informes de los propios académicos de atentados urbanísticos. Se ha ido perdiendo ese espacio, pero hay que recuperarlo porque es nuestra razón de ser.
—Hay muy pocas académicas.
—Sí, un porcentaje mínimo. Ahora mismo tenemos dos. Hemos hablado mucho de ese tema. Ahora estamos en esa búsqueda de mujeres de entre 45 y 55 años con una trayectoria profesional interesante.
Problemas económicos
—Esta sede de la antigua Sindicatura de Cuentas se la ha cedido la Junta de Comunidades, pero el traslado y las obras lo tiene que financiar la Academia, que estaba en un estado económico preocupante. ¿Qué presupuesto tienen para 2016?
—De momento, cero, pero soy muy positivo y ya hay contactos con patrocinadores que están dispuestos a apoyarnos. No necesitamos millones de eruos para funcionar, nos basta con poco. Y están las donaciones de los propios académicos.
—¿Van a poner cuotas?
—Sí, vamos a fijar una cuota. Luego haremos convenios con entidades públicas y alguna privada, que aún no puedo decir. Pero quiero decirle que hace falta que se suscite un debate: la situación en precario de todas las instituciones culturales en general.
—¿Cuántos académicos son?
—Más de 400 en Toledo, provincia, España y el extranjero.
El Centenario
—Cuénteme algo del programa para el Centenario del año que viene.
—Las distintas comisiones y secciones lo están estudiando y podríamos dar el pistoletazo de salida el día 17 de enero de 2016. Y vamos a alargar el centenario hacia el 2017. Es curioso, la Academia se funda en 1916, pero en 1917 es cuando el Rey Alfonso XIII firma el decreto.
—¿Invitarán al Rey Felipe VI?
—Tenemos previsto ir a cumplimentarle nosotros durante el Centenario, puesto que es protector de esta casa, como lo fue su padre. Queremos ir toda la Academia a presentarle nuestros respetos en el Palacio de la Zarzuela.
—¿Contemplan en el Centenario algún acto internacional?
—Mire, si alguien desea ahora mismo hacer un doctorado o una tesis sobre trabajos hispanoamericanos, todo el material lo tenemos aquí. Podríamos hacer un acto, por ejemplo, con la Academia de México, que vengan o ir nosotros allí. Y luego también estamos dentro de las rutas de Carlos V, que es un trabajo de la UE, y donde la única institución que hay representada junto a la Academia de Portugal es la de Toledo. Eso es muy importante porque es un escaparate internacional que proyecta no solo la ciudad sino nuestra cultura y saber.
Noticias relacionadas