Francisco a los líderes religiosos de Birmania: «Querámonos como hermanos, incluso al discutir»
Dialoga después en privado con un líder budista xenófobo y antimusulmán
Como el mecanismo que ha llevado al inmenso crimen contra los rohingya se apoya en parte en una deriva violenta del budismo, el Papa Francisco ha celebrado el martes un encuentro con los 17 líderes de las principales religiones de Birmania para invitar a budistas, musulmanes, hindúes, cristianos y judíos a quererse «como hermanos; y si discutimos entre nosotros, que sea como hermanos».
El Santo Padre les ha hablado sin papeles y en español, con traducción sucesiva al inglés, subrayando que «la unidad no es uniformidad, aun dentro de la misma confesión», pues «cada uno tiene sus valores, sus riquezas, y también sus deficiencias».
La realidad, según Francisco, es que «somos todos diferentes y cada confesión tiene sus riquezas, sus tradiciones, sus riquezas para dar, para compartir». Pero esto solo es posible «si se vive en paz. Y la paz se construye en el coro de las diferencias. La unidad siempre se da con las diferencias».
En un encuentro en que tomaron la palabra los líderes de cada religión, el Papa les ha invitado a comportarse «como hermanos que se van ayudando a construir este pais, que incluso geográficamente tiene tantas riquezas y diferencias. La naturaleza en Myanmar ha sido muy rica en las diferencias. No tengamos miedo a las diferencias».
Francisco utiliza el nombre oficial del país, Myanmar, puesto que el antiguo, «Birmania», se refiere al grupo étnico mayoritario, en relación a veces conflictiva con los Shan, que son el ocho por ciento de la población, los Karen (siete por ciento), los Kachin, los Mon o los Rohingya, en un cuadro nacional complejísimo que incluye nada menos que 135 minorías étnicas.
Pero desde el punto de vista religioso, según el Papa, «uno es nuestro Padre, y nosotros somos hermanos. Querámonos como hermanos. Y si discutimos entre nosotros, que sea como hermanos, que enseguida se reconcilian . Siempre vuelven a ser hermanos».
El Santo Padre está repitiendo en Birmania el mensaje que presentó en 2015 en Sri Lanka en un viaje destinado a cimentar la paz después de décadas de conflicto muy sangriento entre budistas y tamiles.
También está siguiendo, respecto a los budistas, la línea iniciada en Turquía en 2014 cuando dijo a los líderes islámicos que cada religión debe desautorizar a sus propios fanáticos para evitar derivas extremistas.
Después del encuentro interreligioso, el Papa mantuvo una reunión con el líder budista Sitagu Sayadaw, conocido por sus intervenciones derogatorias contra los musulmanes y los tamiles. Ese contacto personal, ha sido, según el portavoz del Vaticano, Greg Burke, «un esfuerzo por favorecer la paz y la convivencia fraterna como única vía de salida».
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