NUTRICIÓN
Alimentos con más moda que «superpoderes»
Si bimi, chía o kimchi le suena a chino, se ha quedado anticuado. Lo último en gastronomía se vende con la etiqueta de «superalimentos», pero muchos no superan a los productos tradicionales de la dieta mediterránea
Hace un par de años la quinoa era un producto exótico, difícil de encontrar, salvo en tiendas especializadas. Hoy no hay supermercado que no reserve un hueco en sus estanterías para esta mezcla de cereal y legumbre. Es el último maná al que se han rendido nutricionistas, chefs y los paladares más «snobs» .
La quinoa se ha hecho un hueco, merecido, en el altar de los alimentos saludables o los llamados «superalimentos», un término con el que médicos y nutricionistas cada vez se sienten menos cómodos . Tanto se ha abusado de él que se ha convertido en un reclamo publicitario, vacío de contenido científico. Es cierto que algunos alimentos tienen un valor nutricional superior, pero ni son milagrosos ni tienen el secreto de la eterna juventud , como a veces se promocionan.
El doctor Jesús Román, presidente de la Fundación Alimentación Saludable, no duda. «Los “superalimentos” no existen, lo siento. Solo podemos hablar de las dietas que son adecuadas y de las que no . Por comer verdura bimi un día o dos a la semana y beber zumo de açai, a cambio no podemos tirarnos las horas muertas sentados delante del ordenador o ponernos morados a bocatas de panceta».
Tendencia pasajera
La quinoa , el bimi (una mezcla entre el brócoli y la col china), el té matcha o el teff (un cereal etíope), entre los recién llegados a nuestras costumbres pueden ser interesantes desde el punto de vista culinario, en opinión de Román.
Pero la clave es si se pueden incorporar de una forma normal a la dieta cotidiana , qué alimento tradicional va a sustituir o qué cantidades se ingieren, apunta. «¿Nos imaginamos comiendo varias veces al mes estos productos?. Creo que solo tienen interés gastronómico por la novedad. La mayoría no pasa la prueba del algodón... Llegan en tropel y se convierten en reliquias rápidamente . ¿Quién se acuerda ya de las bayas de Goji o del mismo kéfir salvo cuatro originales? Pero nada nos impide incorporar los nuevos productos a nuestra dieta. Si lo hicieron el tomate y la patata en su momento, ¿por qué no el amaranto y la quinoa?».
Originalidad, esa es la palabra que define los nuevos hábitos nutricionales de muchos españoles, según Antonio Escribano, especialista en Endocrinología y Nutrición. «Nuestra famosa dieta mediterránea nos brinda todos los nutrientes necesarios para tener una alimentación equilibrada, en la que un 80 por ciento de los ingredientes deberían ser productos de origen vegetal, «pero ahora parece que necesitamos ser originales y pensamos que es mejor tomar una quinoa que nuestras lentejas de toda la vida».
Quinoa, la mejor opción
Teresa Lajo, también especialista en Endocrinología y Nutrición, sí recomienda alguno de estos nuevos productos en su consulta. De todos los recién llegados, como la mayoría de especialistas, se queda con la quinoa, «una excelente opción para hacer un plato único completo cuando tienes que cocinar para toda la familia . En los supermercados existen espaguetis de quinoa y arroz que con una salsa de tomate se pueden convertir en un menú perfecto para niños».
Defiende también la chía y el tahini (pasta de sésamo) como fuentes alternativas de calcio para vegetarianos y aquellos que no consuman muchos lácteos. Y al açai y al té matcha por su contenido en antioxidantes y fitoesteroles, que ayudan a reducir el colesterol.
Lajo, autora del libro «¿Y ahora qué como, doctor?», anima a consumirlos junto con otros productos tradicionales. «Son compatibles con la dieta mediterránea. Se pueden añadir a una ensalada aliñada con un buen aceite de oliva virgen extra . O podemos disfrutar con un pan de teff, quinoa y amaranto con un buen jamón ibérico, acompañado de un vino tinto».
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