Santiago Martín
Iglesias ayuda a la Iglesia
Tener alguien como él que nos insulta y amenaza es estimulante y nos fuerza a despertar de la siesta
Una corriente de aire fresco está empezando a circular por la Iglesia en España, llevándose la atmósfera estancada de los últimos años. Nada como sentirse en peligro para espabilar un poco. El cardenal Cañizares, en una entrevista concedida a la vez a varios medios , ha hablado con mucha claridad sobre la diferencia que hay entre el respeto a las personas y su acogida en la Iglesia , y la discrepancia con las ideas o las ideologías que esas personas defienden. La Iglesia siempre ha defendido que hay que acoger al pecador y rechazar el pecado. Quizá a veces no lo ha hecho y en ese caso ha obrado mal y debe pedir perdón. San Juan Pablo II lo hizo y ahora lo ha vuelto a hacer el cardenal valenciano, pero recordando de paso que la Iglesia es la única que pide perdón por sus errores y que aún estamos esperando que los herederos ideológicos de los que asesinaron a miles de sacerdotes nos pidan perdón a nosotros.
Otro que ha hablado, y bien, ha sido el arzobispo de Barcelona. Monseñor Omella ha pedido a los católicos catalanes que sean valientes no sólo para vivir la fe, sino también para defenderla. Esto de la defensa de la fe estaba arrumbado en el cajón de los recuerdos y hasta parecía que alguno enfermaba al oír hablar de apologética. Pues bien, el prelado catalán -que es sin duda uno de los hombres más próximos al Papa Francisco en España- no ha tenido pelos en la lengua a la hora de pedir que se defienda la fe aunque, lógicamente, para eso no haga falta sacar ninguna espada.
En la misma línea se han manifestado los obispos de la Comisión Episcopal de Enseñanza, pidiendo a los padres católicos que hagan valer sus derechos para que sus hijos reciban enseñanza religiosa en los colegios públicos y privados, ante el riesgo de que esa asignatura desaparezca del programa educativo si llega al poder la alianza Psoe-Podemos.
Creo que detrás de esta incipiente revitalización están los burdos ataques de los «podemitas» contra los católicos. Sin querer, Iglesias está ayudando a la Iglesia. Tener alguien como él que nos insulta y amenaza es estimulante y nos fuerza a despertar de la siesta.