Francisco relanza el gran mensaje de Benedicto XVI a los artistas en 2009

Pide crear «chispas de belleza» que serenen el ambiente en los barrios pobres o degradados

Papa Francisco REUTERS

JUAN VICENTE BOO

Poniendo de nuevo en primer plano el discurso de Benedicto XVI a los artistas de todo el mundo, pronunciado en 2009 en la Capilla Sixtina, el Papa Francisco ha pedido a los artistas «crear pequeñas ‘ chispas de belleza ’ arquitectónicas y artísticas para devolver a las áreas más degradadas y afeadas en sentido de la belleza, de la dignidad y del decoro humano, incluso más que urbano».

El Papa ha citado ampliamente el discurso de su predecesor en un mensaje a la sesión conjunta pública de las Pontificias Academias. En aquel antológico discurso de 2009, Benedicto XVI había denunciado un fenómeno social que hoy es todavía más intenso: «el debilitamiento de la esperanza, una cierta desconfianza en las relaciones humanas en la que aumentan los signos de resignación, de agresividad y de desesperación».

En su propuesta sencilla y realista para el momento actual, Francisco pide atención prioritaria, con pequeñas intervenciones, a los barrios más necesitados, afirmando con el escritor Ítalo Calvino que «las ciudades, como los sueños, están formadas por deseos y temores», y precisamente hoy hace falta reforzar los aspectos hermosos de los sueños.

Al mismo tiempo el Papa recuerda una reflexión de su encíclica ecológica ‘Laudato si’, escrita en tono de advertencia: «prestar atención a la belleza y amarla nos ayuda a salir del pragmatismo utilitario. Cuando no se aprende a pararse a apreciar y admirar las cosas bellas, no es extraño que todo se transforme en objeto de uso y de abuso sin escrúpulos».

«Indiferencia y fealdad»

Con palabras apremiantes, Francisco urge a los artistas y patronos a «crear obras de arte que lleven pequeñas chispas de esperanza y de confianza a los lugares en que la gente parece rendirse a la indiferencia y la fealdad».

En su opinión, «los arquitectos y pintores, escultores y músicos, cineastas y escritores, músicos y poetas, todos los artistas están llamados a hacer brillar la belleza sobre todo donde la oscuridad o los tonos grises dominan la vida cotidiana».

En esa misma línea, también las nuevas iglesias en barrios pobres «deben intentar, en su sencillez y esencialidad , ser oasis de belleza, de paz y de acogida».

Todo este esfuerzo, según el Papa , no es «remendar» un tejido urbano sino, sobre todo, «un tejido humano» necesitado de iniciativas y de ayuda.

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