Energía
Europa deja en suspenso el almacén de residuos nucleares de la central de Almaraz
España tendrá que garantizar que el proyecto no tendrá repercusiones significativas en territorio portugués
Portugal retira la queja que había presentado contra España ante la Comisión Europea, pero a cambio España tendrá que contar con el país vecino antes de poner en marcha la construcción de un almacén de residuos nucleares en la central de Almaraz (Extremadura), a menos de 100 kilómetros de la frontera entre ambos países. Son los principales puntos de un acuerdo «amistoso» , según la Comisión Europea, cerrado con la mediación del presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker , y que pone fin a una disputa que lleva varios meses abierta.
España deberá garantizar que el proyecto no tenga repercusiones significativas en el territorio portugués y se compromete a organizar en los próximos dos meses una visita de las autoridades portuguesas -a la que también asistirán miembros dela Comisión Europea- a la central para presentarles la tecnología y las características de seguridad previstas y a no tomar ninguna medida que «pueda considerarse irreversible » para cualquiera de los dos países.
En estos dos meses, España tendrá que «examinar y tomar en consideración, de buena fe y con espíritu constructivo, toda reserva legítima expresada por Portugal sobre el proyecto; y se tomará en consideración, en aras de unas buenas relaciones de vecindad, cualquier medida proporcionada que pueda servir para abordar las legítimas reservas expresadas por Portugal». Los dos puntos clave para Portugal es que el emplazamiento previsto para el almacén de residuos se encuentre dentro del perímetro de la central de Almaraz y cuál va a ser el periodo de almacenamiento .
Con este acuerdo -que se gestó en una reunión de Juncker, el presidente Mariano Rajoy y su homólogo portugués, António Costa, en Malta a principios de febrero- se pone fin a un desencuentro que comenzó a finales de diciembre del año pasado , cuando el Ministerio de Industria dio luz verde al proyecto de construcción del Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central nuclear de Almaraz, después de que el Ministerio de Medio Ambiente ya hubiera dado su visto bueno en noviembre.
Estaba previsto que las obras comenzaran el pasado mes de enero, por lo que el Gobierno de Portugal tuvo que moverse muy rápido para neutralizar lo que las autoridades lusas consideran «una cuestión de confianza» y «una violación del principio de lealtad entre vecinos» , según dijo el ministro de Medio Ambiente luso, João Pedro Matos, al conocer la aprobación del ATI por parte del Gobierno español.
En un acuerdo alcanzado en enero por todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento luso, los parlamentarios pusieron de manifiesto que la autorización del vertedero nuclear no había tenido en cuenta los efectos transfronterizos , pues la central está solo a unos 100 kilómetros del país vecino, y recordaban que los sistemas de refrigeración de la central utilizan aguas del río Tajo, que desemboca en Lisboa.
El ministro Matos viajó a Madrid el 12 de enero para una reunión con los titulares españoles de Medio Ambiente y Energía , Isabel García Tejerina y Álvaro Nadal, respectivamente, en la que no se llegó a ningún acuerdo. Días después el Gobierno portugués presentó una queja formal ante la Comisión Europea, basándose en el artículo 259 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, con la intención de llevar el conflicto hasta el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, posibilidad que el acuerdo auspiciado por Juncker ha descartado.
La central de Almaraz tenía prevista la puesta en marcha del almacén de residuos para antes de noviembre de 2018 , cuando una de las piscinas de combustible gastado de la central estará al cien por cien de su capacidad (la otra lo estará en 2021). Para el colectivo antinuclear este proyecto es el paso previo para prolongar el funcionamiento de la central más allá de los 40 años, algo que está previsto que los propietarios de la central soliciten en el mes de mayo.
Además, en el acuerdo tanto España como Portugal acuerdan acelerar, conjuntamente con la Comisión Europea, los trabajos del Grupo de Alto Nivel del Suroeste de Europa sobre interconexiones con objeto de desarrollar los proyectos de interconexión de redes de gas y electricidad necesarios, para conectar tanto Portugal y España como la Península Ibérica con los mercados europeos. Esto servirá para incrementar la seguridad del suministro de energía en Europa, mejorar la fiabilidad de la red eléctrica y la calidad del servicio y reducir las pérdidas de productividad en los sectores comercial e industrial.
Unos niveles de interconexión ambiciosos serán útiles para Europa, gracias a una optimización de la red que conduzca a una reducción de las importaciones de combustible y del precio de la energía, dice la Comisión Europea en un comunicado.
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