ABC patrulla las carreteras en una de las «abejas» de Tráfico
Las aeronaves equipadas de la DGT controlan un vehículo cada tres minutos. El piloto Miguel Ángel Ramos y el operador de cámara Javier Martínez nos explican cómo funciona este sistema de cámara y vídeo incorporado a ocho helicópteros-radar
Va a cumplir cuatro años, aunque la Dirección General de Tráfico (DGT) emplea helicópteros para la regulación y la vigilancia de las carreteras desde 1961. Pero el sistema de radar Pegasus incorporado a las aeronaves en 2013 ha supuesto una vuelta de tuerca en el control de infracciones desde el cielo , tales como el exceso de velocidad.
Y, sobre todo, de ésa. Porque en las alturas y siguiendo el protocolo de actuación de estas patrullas de la DGT lo primero que se visualiza es «al que pisa el acelerador». El Pegasus (se alude al helicóptero con el nombre del radar, cual sinécdoque literaria) sobrevuela 300 kilómetros de carretera en cada salida durante un máximo de dos horas y media en cada una de sus rutas diarias. La velocidad máxima captada por uno de sus radares fue un vehículo que rodaba a 242 km/h. Fue durante el primer año de funcionamiento de Pegasus, y metidos en uno de ellos, no es difícil imaginar cómo Miguel Ángel Ramos, el comandante granadino de este helicóptero en Madrid, y su operador de cámara, Javier Martínez, o cualquiera de sus compañeros funcionarios de Tráfico, avistaron ese momento.
Desde el aire, el tramo de carretera sobre el que está posada «nuestra abeja 27» se ve nítido. Y «a ese blanco que corre», o «el negro que adelanta irregularmente al grupo de ciclistas» se les individualiza e identifica inmediatamente. Objetivo captado.
Pero... ¿cuál es el procedimiento del Pegasus? En el área civil de la base de Cuatro Vientos, muy cerquita del lugar del accidente de Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre –sonríe con la chanza Martínez– y de donde parten otras patrullas de control, como las de la Policía Nacional, parten estas «abejas» azules y amarillas inconfundibles, pertrechadas del sofisticadísimo equipo de cámaras y vídeo. En esta ocasión, ABC acompaña a Ramos y Martínez en un periplo que suelen repetir dos veces al día, por la mañana y al comienzo de la tarde, aunque no siempre es así. En eventos concretos, como los grandes premios de motociclismo y eventos deportivos y operaciones de gran afluencia de tráfico, como las operaciones salida (la próxima será la de Semana Santa), también se requiere la utilización de estos helicópteros.
Martínez muestra los vídeos de «cuando paralizan el tráfico en las arterias principales de una ciudad ante la visita del Papa, o de Barack Obama» . El Pegasus informa de cuándo se puede restablecer la circulación, porque la comitiva ya ha pasado. «Se avisa al Centro de Gestión del Tráfico en la sede central de la DGT, que se comunica con las policías locales», explican. Y entonces el tráfico rodado vuelve a fluir.
Estos trabajadores de Tráfico desmitifican, así y a su modo, esa visión de que el helicóptero es la «pesadilla recaudatoria de los conductores». Aunque durante esta salida va a haber 17 conductores que reciban la «receta» en casa . Ni Ramos ni Martínez, ese tándem que opera solo con algún «susto» desde hace casi cuatro años, contestan a la pregunta de si sus conocidos les ven como «los capos» de las carreteras, o si reciben más «críticas que piropos por su trabajo». Ambos prefieren pensar que con su afán disuasoario logran evitar más accidentes. «Se conduce mucho mejor que hace unos años –resuelven a coro–, aunque desde aquí arriba se ve casi de todo».
Capta el interior del coche
El interior del coche, por ejemplo, se ve con claridad . La misión no es solo poner multas por exceso de velocidad, el radar también capta otras infracciones como el mantenimiento de la distancia de seguridad entre vehículos, distracciones, el uso manual del teléfono móvil , el empleo del cinturón de seguridad o el casco y un sinfín de maniobras antirreglamentarias, como el adelantamiento peligroso de un camión a otro, o un vehículo que se salta un stop y provoca una situación peligrosa en la vía colindante.
Los Pegasus también son requeridos para grandes acontecimientos deportivos o visitas de alcance como las del Papa y Barack Obama a España
Además, tal y como muestran las campañas de concienciación de la DGT hechas con imágenes captadas por estos radares, también alertan de la visión de un conductor que va «fumando hachís» mientras maneja el coche o «en aparente estado de embriaguez». El resto de los vehículos que se topen con estos conductores agradecerá (y mucho) el zumbido de esta abeja.
Más molesto es, sin duda, cuando ni se le ve volar a una altura de unos mil pies, responde Ramos. La distancia óptima para que trabajen los operadores del helicóptero es de 400 a 700 metros del coche, aunque resulta operativo incluso a 300 metros de altura y a una distancia en línea recta con el vehículo controlado de un kilómetro. Entonces, la abeja se posa en el sentido de la marcha del vehículo, discreto, a su zaga en la parte de atrás o el lateral. Sobre todo, prefieren las vías convencionales, donde no hay que olvidar que se registran el 85% de los siniestros. No obstante, no se olvidan de las autopistas y las autovías. Tras sobrevolar el área que llega hasta Soto del Real y en plena Sierra del Guadarrama, nuestra abeja ha observado ya el río de turismos que discurre por la M-40 y la salida de la A-2 de Madrid.
Detrás del piloto viaja el operador de cámara. Él es quien graba lo que ocurre en el asfalto. Controla vehículo a vehículo y, aunque menos, Ramos también colabora. «Aunque estoy más pendiente del vuelo seguro», aprecia.
La técnica del Pegasus consiste en un telémetro láser que mide la distancia exacta entre el vehículo y el helicóptero. Para determinar un exceso de velocidad, Pegasus solo necesita medir esta distancia con tres disparos de cámara cada tres segundos. Se hace la media entre nueve segundos y calcula la velocidad real con precisión milimétrica. El lector de matrícula también es instantáneo. Cuando Pegasus detecta una infracción, no se notifica en el acto. Al apearse de la nave, Martínez tiene trabajo por delante. Busca los momentos en los que se han producido las imprudencias. «Capturamos los videoclips y el fotograma del vehículo infractor. Con una aplicación informática introducimos los datos y se adjunta el fotograma que muestra la matrícula y la velocidad para enviarlos al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas de Estrada, en León» con las competencias para tramitar la denuncia al conductor.
Otro compañero del control de cámaras matiza que «el vídeo lo conservan el tiempo que establece la ley para su comprobación en caso de reclamación por parte del conductor». El margen de error de Pegasus no llega al 1%.
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