Cómo rejuvenecer los ojos sin bisturí
Grasa para levantar el párpado caído, láser para combatir las ojeras... Repasamos las técnicas no quirúrgicas para rejuvenecer los ojos y eliminar el cansancio del rostro
A partir de los 40 años, la mayor preocupación estética son los ojos. Nuestra órbita comienza a envejecer desde el momento en que empezamos a andar -los bebés la tienen inflada por la cantidad de horas que pasan tumbados-. La ley de la gravedad produce, con el paso del tiempo, un aumento de su tamaño, una especie de estiramiento de la misma. «La explicación es simple: la grasa tiende a desplazarse hacia abajo, como en otras zonas del cuerpo», afirma el cirujano plástico y estético Rubén García-Guilarte.
«A este fenómeno hay que sumarle la pérdida de turgencia y resistencia de los tejidos y los ligamentos, que comienzan a «aflojarse». Hasta hace poco, la única solución efectiva era la cirugía plástica. Hoy, los procedimientos no invasivos resultan menos agresivos, y en ocasiones, más adecuados, y eso ha llevado a que aumente el número de gente que se anime a hacérselos. «Los rellenos en las zonas hundidas pueden retrasar el quirófano», afirma el doctor José Vicente Lajo. «Estas técnicas no sustituyen nunca una blefaroplastia, pero bien hechas (y en más de una sesión) son, a cambio, una solución aceptable, ya que proporcionan volumen y una buena tensión a la piel», añade el médico estético Moisés Amselem.
En la última reunión Del Gedet (Grupo Español De Dermatología Estética y Terapéutica) de la AEDV, los ojos han sido uno de los temas más abordados, según indica el dermatólogo Manuel Ángel Rodríguez Prieto, de Hospital del Complejo Asistencial Universitario de León, y miembro de la AEDV. Con ayuda de estos cuatro especialistas hemos elaborado una guía de la mejor solución para cada caso.
Mejorar la sombra de la lágrima
También llamada «el valle de la lágrima», es la depresión que hay bajo el lagrimal, y la primera zona que acusa el paso del tiempo. Es un área en la que no existe ni músculo orbicular, ni apenas grasa. Esto hace que cuando se empiezan a perder los volúmenes faciales y la piel comienza a perder densidad, las depresiones y surcos que hay en la zona se marcan cada vez más.
La técnica: Al doctor Lajo le gusta la combinación de carboxiterapia más ácido hialurónico reticulado. La función del este último es la de rellenar el surco de la ojera y así hacer que la transición entre ésta y el pómulo sea más natural. «Se puede moldear con facilidad, no se forman escalones, se masajea hacia dónde realmente se necesita y el resultado es muy natural», recalca. El CO2 (dióxido de carbono) se introduce bajo la piel del párpado superior e inferior a través de microagujas, para estimular el fibroblasto y aumentar la producción de colágeno.
Resultados: La finalidad del AH es aportar volumen a esa parte hundida y atenuar así esa depresión; siempre que la técnica se realice correctamente, el resultado es muy bueno. El CO2 produce una hiperoxigenación natural que aumenta la actividad del colágeno y la elastina. La piel se hace más densa y más firme. El efecto también es visible sobre patas de gallo y arrugas, que se atenúan gracias a esta redensificación cutánea.
Efectos secundarios: El riesgo más frecuente es la aparición de bultos y asimetrías.
Precio: Alrededor de 340 € la infiltración + 60 € la sesión de carboxiterapia (se recomiendan 5 de esta)
Adiós a las ojeras
Las sombras oscuras que aparecen bajo los ojos tienen múltiples causas, entre ellas el afinamiento de la piel de los párpados por el paso de los años. Se vuelve más transparente, dejando a la vista los capilares y con ello, un color violáceo o marrón. A esta pigmentación también contribuye el hecho de que los vasos sanguíneos se congestionan y la circulación no se produce de manera correcta.
La técnica: A unos les gusta más utilizar el láser, a otros el IPL (Luz Pulsada Intensa) para reducir el aspecto de venitas y capilares y, con ello, atenuar la coloración oscura.
Resultados (con ambas técnicas): Ambas son efectivas para eliminar el color morado o marrón oscuro.
Efectos secundarios: Discreta inflamación o tonalidad púrpura, siempre temporal.
Precio: Dependerá del equipo a emplear, del área, número de sesiones, etc. Alrededor de 200 €.
Caída de la cola de la ceja
Con la edad, las cejas van perdiendo su volumen y tienden a caer, entristeciendo la mirada.
La técnica: Inyectar toxina botulínica, y en ocasiones, complementarlo con un pequeño relleno de ácido hialurónico o poliláctico bajo la ceja para dar volumen.
Resultados: Este método, bien realizado en manos de un dermatólogo experimentado como el doctor Rodríguez Prieto, consigue un efecto natural, el párpado superior se ilumina y la mirada «se abre». La duración es de 4 a 6 meses
Efectos secundarios: Posible elevación excesiva de las cejas o asimetrías con el relleno porque a veces reabsorbemos más rápido el producto en un lado de la cara que en el otro. En ambos casos, se puede retocar.
Precio: alrededor de 300 € la toxina botulínica, 200 € el ácido hialurónico y 350 € el ácido poliláctico.
Patas de gallo
Las patas de gallo y arrugas alrededor de los ojos suelen ser las primeras en aparecer, dada la piel extremadamente fina de la zona y su tendencia a la gesticulación.
La técnica: Microinyecciones con microcánulas de punta redondeada (para evitar hematomas) de ácido hialurónico de alta y media densidad. Para trabajar esta zona Moisés Amselem acude a su «técnica horaria» que consiste en la realización figurada del dibujo de un reloj sobre el ojo para decidir, como si de franjas horarias se tratase, los puntos en que conviene aplicar el «relleno».
Resultado: Se difuminan las arrugas del contorno, pero también se elevan los párpados caídos, desaparecen los surcos bajo las ojeras, e incluso se alisa la frente. Se logra una mirada más joven y descansada. Dura entre 6 meses y 8 meses. Se puede complementar con toxina botulínica o láser Venus Legacy para un alisamiento total de la arruga.
Efectos secundarios: Pueden aparecer bultos y asimetrías, que en el peor de los casos se disuelven con radiofrecuencia.
Precio: 600 €, el tratamiento global (frente, patas de gallo y valle de la lágrima).
Descolgamiento del párpado superior
A medida que pasan los años, se produce una reabsorción de la grasa del ojo, unida a una pérdida de densidad ósea. La zona inmediatamente inferior a las cejas se cae, el párpado superior pierde turgencia, los ojos se hunden en las cuencas…y se transforma por completo la anatomía facial de mujeres y hombres a partir de los 35-40 años.
La técnica: Cuando el problema es muy evidente, la mejor opción es la blefaroplastia o cirugía plástica de los párpados. Si el descolgamiento no es tan acusado el doctor García Guilarte apuesta por la infiltración de grasa. Consiste en extraer 50 cc de grasa de alguna zona de donde sobra -normalmente de la papada, y son 5 minutos- e infiltrarla en las zonas de los ojos donde se ha perdido con la ayuda de unas cánulas especiales, de menos de 1mm de grosor, que generan daños mínimos en los tejidos. El proceso dura poco más de una hora.
Resultados: Reduce el efecto «exceso de párpado», elimina las bolsas, alisa el párpado superior y eleva la cola de la ceja. El efecto es muy natural y duradero, ya que la grasa infiltrada no se pierde (como sucede con el ácido hialurónico). «Es decir, aunque la órbita seguirá envejeciendo, lo hará desde una posición mucho más jovial», apunta G. Guilarte.
Efectos secundarios: Pueden aparecer asimetrías.
Precio: 3.000 €