«No estamos haciendo lo suficiente para acabar con la crisis de ébola»
Anthony Banbury, jefe de la recién establecida Misión de la ONU para la Respuesta de Emergencia al virus, destaca en ABC los planes para acabar con la epidemia
En la primera semana del pasado diciembre, un niño de apenas dos años falleció en la localidad de Meliandou, en la región guineana de Guékédou. Entonces, a nadie pareció importar su muerte. Ahora, casi 5.000 vidas perdidas y 15.300 contagios después, las alas del difunto continúan agitándose.
«No estamos haciendo lo suficiente. Tenemos que hacer más. Cada nuevo día que el ébola está ahí fuera hay más gente en riesgo de contagio y más muertos», destaca a ABC Anthony Banbury, quizá la máxima autoridad internacional en la respuesta frente al virus que asuela el oeste de África.
A comienzos de octubre, la recién establecida Misión de la ONU para la Respuesta de Emergencia al Ébola (UNMEER) que lidera Banbury establecía un plan integral de 90 días para controlar y revertir el brote. El principal objetivo es que, para el 1 de diciembre (60 días desde el inicio del plan de ataque), el 70% de todos los casos de ébola se encuentren aislados, así como que el 70% de los enterramientos se hagan de forma segura.
«Si podemos lograr estos objetivos para final de mes (noviembre), creo que tendremos esta crisis bajo control», señala Banbury en conversación con este diario.
Posteriormente, tras conseguir esta primera meta, el 1 de enero, estos números deberían elevarse al 100%, lo que habría reducido en hasta un 85% la tasa de transmisión.
«En Liberia estamos viendo alguna mejora significativa en el número de contagios. Las comunidades locales han tomado medidas para protegerse a sí mismos. De igual modo, la respuesta internacional de los Gobiernos y la ONU está teniendo impacto», añade el experto.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de muertes por el virus es ya de casi 5.000, así como se han producido más de 15.300 contagios. No obstante, las cifras reales podrían incluso triplicar estos guarismos, ante la dificultad de identificar los casos sobre el terreno.
Decisiones contra la ciencia
En este sentido, para el experto, iniciativas como el bloqueo aéreo de las regiones afectadas están teniendo un impacto especialmente negativo en la situación sobre el terreno: Pese a los llamamientos de la OMS para no imponer restricciones, de momento, de las grandes compañías comerciales, tan solo Air France, Brussels Airlines y Royal Air Maroc continúan volando a Sierra Leona, Liberia o Guinea; después de que British Airways, Emirates Airlines o Kenya Airways decidieran suspender sus vuelos al foco del virus.
«Lo que esperamos de los gobiernos es que no reaccionen basados más en el miedo que en la ciencia, e impongan medidas drásticas que no están justificadas», asegura el jefe de UNMEER.
De igual modo, Banbury recuerda que «solo acabando con la crisis en el oeste de África podremos proteger a la gente en otras regiones del mundo. Y este esfuerzo es dañado cuando medidas drásticas como ésta se llevan a cabo».
Once meses después de que se registrara el primer caso en Guinea, las necesidades son ahora concretas: Para poner fin a la crisis, Banbury asegura que precisa de tres elementos clave: gente capacitada, recursos materiales y dinero de los donantes.
«Sabemos lo que tenemos que hacer para derrotar a la enfermedad. Solo tenemos que desplegar todos los elementos necesarios. Esta estrategia demuestra que está funcionando», destaca el líder de las Naciones Unidas frente al ébola.
Cuando en la primera semana del pasado diciembre un niño de apenas dos años falleció en la localidad de Meliandou, en la región guineana de Guékédou, ninguna alarma saltó. Ahora, sin embargo, la lucha por la supervivencia es ya contrarreloj.
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