fallos opuestos en la Audiencia de sevilla
¿Qué está pasando con la cláusula suelo?
Los jueces ven distinto cada caso y dan la razón al banco en unos y al ciudadano en otros
¿Qué esta pasando con la cláusula suelo?. De un tiempo a esta parte y tras la sentencia del Tribunal Supremo que en mayo de 2013 fijaba el carácter abusivo de estas cláusulas y la posibilidad de control judicial sobre ellas, se ha producido una «avalancha» de recursos. Cada vez son más los ciudadanos que acuden a los tribunales. Así ha ocurrido en los juzgados mercantiles, que el año pasado registraron 2.500 demandas y que siguen saturados. Pero eso también está ocurriendo en la Audiencia de Sevilla. La sección V, una de las salas civiles, las cuenta por decenas.
Aunque no hay estadística aún, los jueces de esta sala aseguran que están recibiendo «una verdadera avalancha» de recursos. «A la semana podemos ver unos cuatro o cinco», afirma Conrado Gallardo, uno de los jueces que integran la sección. Y, en general, aproximadamente el veinte por ciento de los temas que llevan hacen referencia a cláusula suelo.
El caso es que tienen muchas pendientes. Sin embargo, lo más llamativo es el hecho de que se estén produciendo fallos dispares dentro de la misma sala. En algunos casos están dando la razón a los ciudadanos que han recurrido y ordenado a la entidad bancaria devolver los intereses por la citada clásusula. Y, en otros similares. hacen todo lo contrario: dar la razón al banco y considerar que no tuvo ánimo de engaño y que el demandante pudo conocer y entender la cláusula. Así, la misma sala está firmando fallos en un sentido y el otro incluso con ciudadanos que se hipotecaron en el mismo banco. «Aproximadamente la mitad son de un tipo y la otra mitad de otro»,dicen.
¿Y eso como se explica? Otro de los jueces, Fernando Sanz, replica que «no son contradictorias ni contrarias» y que ellos no ponen «sentencias como churros». Dejan muy claro que cada asunto es distinto y que cada persona tiene un nivel de formación y de cultura para entender la citada cláusula. Y que depende de la redacción el que los ciudadanos la entiendan o no, ya que no todos los bancos actúan igual.
Así, los magistrados defienden que no hay contradicción en que en unos casos den la razón al ciudadano y en otros al banco. De hecho, Conrado Gallardo matiza que existe una gran confusión sobre la sentencia del TS. «No declaró nula la claúsula sino que dijo que había que ver en cada caso si son válidas y si se está informando adecuadamente al cliente» recalca Gallardo que insiste en que se está «mal informando a la opinión pública empujándola a acudir a los tribunales.
En este sentido, Gallardo explica que el ciudadano no puede cometer el error de firmar una escritura sin leerla y luego acusar al banco de no haberse leido la escritura. «Cada uno es responsable de sus actos», afirma recordando que lo que el TS sanciona es el caso en el que la entidad bancaria «deliberadamente» oculta información o no la explica con claridad. «La cuestión es si el ciudadano puede entender la clásula con una simple lectura o no». Y también que cada banco actúa de una manera. Pero niegan tajantemente que el ciudadano no sea capaz de entender lo que firma. «Hay que examinar cada caso». Cuando se le pregunta si esos fallos en uno y otro sentido pueden quebrar el principio de seguridad jurídica: los jueces afirman que ello solo ocurriría cuando exactamente en el mismo supuesto hay dos sentencias contrarias. Este no es el caso. Recalcan.
Principio de seguridad jurídica
Sin embargo el abogado Joaquín Moeckel, que ha asistido a más de 1.500 firmas hipotecarias, no está de acuerdo con que se produzcan estos fallos que él si cree contrarios. Sobre todo porque piensa que «se está quebrando el principio de seguridad jurídica». Y también porque, a su juicio, cuando un ciudadano firma una hipoteca, es algo tan complejo que, por lo general «no sabe lo que está firmando». Moeckel cree que la sentencia que publicó ABC que daba la razón a un ciudadano tuvo un «efecto llamada» para que otros reclamaran. Sin embargo los fallos que dan la razón al banco están teniendo «un efecto disuasorio» para evitar una avalancha de reclamaciones.
En cuanto al hecho de que haya quien reclama 2.000 ó 3.000 euros, el letrado es claro: «es mucho dinero y si le dan la razón, se van a ahorrar lo que le van a cobrar de más el tiempo que les queda de hipoteca». Moeckel apunta a otra posible causa: «una lucha de poder entre jueces» al ser la misma sala que fue «enmendada» por el Supremo.
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