día de la fiesta nacional

Lugares colombinos de Sevilla: tras los pasos del Almirante

Espacios como el Archivo de Indias, el Real Alcázar o el monasterio de la Cartuja aún conservan aires de su pasado marinero y evocan una época de esplendor y conquistas

Lugares colombinos de Sevilla: tras los pasos del Almirante vanessa gómez

isabel aguilar

El esplendor marinero de Sevilla durante los siglos pasados no ha caído en el olvido. Diversos espacios de la ciudad recuerdan la época de las grandes gestas y conquistas, ya que la capital hispalense fue epicentro del comercio con las Indias y tuvo un papel fundamental en varios de los viajes de Cristóbal Colón. Con motivo de la celebración este domingo del Día de la Fiesta Nacional proponemos un recorrido por los lugares colombinos de Sevilla, una ruta por algunos monumentos con los que el visitante se sumergirá en la apasionada vida que llevó el Almirante de la Mar Océana, con sus logros y desdichas, sus aciertos y sus fracasos.

Cualquier asunto que concierna a este marinero insigne, además, suele suscitar el interés de una gran parte de la población, como se demostró con los estudios del ADN de sus restos , que descansan en Sevilla, o con el reciente hallazgo del lugar exacto del que partieron sus naves , noticia que se ha hecho pública esta semana. Nunca pasa de moda la historia que generó el navegante con sus hazañas, por lo que siempre es buen momento para revivirlas a través de los citados espacios.

El Archivo de Indias es sin duda el que más tesoros aglutina. Este impresionante edificio renacentista alberga en su interior elementos que bien merecen una visita en profundidad; documentos históricos de un valor incalculable que encierran en sus letras espigadas y a veces difíciles de descifrar la Historia de España con mayúsculas. Así, entre los legajos que hay en el citado archivo, se pueden encontrar las Capitulaciones de Santa Fe, firma del acuerdo entre Colón y los Reyes Católicos sobre el proyecto de encontrar una nueva ruta por Poniente hacia las Indias Orientales. Colón ofreció su proyecto a los Reyes Católicos en 1486, pero el acuerdo no se firmó hasta el 17 de abril de 1492. En él, Colón fue nombrado almirante, virrey y gobernador de las tierras descubiertas y por descubrir, con carácter hereditario. Según las Capitulaciones de Santa Fe, la colonización de América funcionaría como una empresa privada en manos de Colón.

Sin embargo, los reyes intentaron posteriormente neutralizar sus privilegios iniciándose un largo periodo de pleitos. También pueden apreciarse en el Archivo de Indias las cartas del almirante a su hijo Diego, escritas al ser relevado de su cargo de virrey y gobernador de las Indias y sustituido por Nicolás de Ovando. Comienza entonces una larga etapa de reclamaciones contra la Corona que se intensifican a la vuelta de su último viaje, en 1504. Ello originará una correspondencia entre el descubridor, enfermo en Sevilla, y su hijo Diego, establecido en la Corte para velar por sus intereses.

El escudo de armas que los reyes concedieron a Cristóbal Colón está presente en la colección permanente del Archivo de Indias, otro de los privilegios que recibió y que incluía un castillo, un león rampante, unas islas doradas y cinco anclas de oro.

Sala de audiencias

Muy cerca de allí se encuentra otro de los edificios vinculados a la historia colombina de Sevilla: el Alcázar de Sevilla. Allí fue recibido a la vuelta de su segundo viaje y allí se instaló la conocida como Sala de Audiencias, después convertida en capilla en la que rezaban los marineros antes de empezar la travesía. Lo hacían ante un retablo de la Virgen de los Navegantes flanqueada por cuatro santos (San Telmo, San Juan, San Sebastián y Santiago) realizado por Alejo Fernández.

En la otra vida Cristóbal Colón ha realizado casi tantos viajes como hizo en la realidad, con travesías transoceánicas incluidas. Seis destinos distintos han tenido sus restos, que finalmente reposan en la Catedral de Sevilla, como confirmaron los estudios de la Universidad de Granada hace tan solo unos años. El almirante murió en 1506 y fue enterrado en Valladolid, pero poco después fue trasladado al Monasterio de Santa María de las Cuevas, en la Cartuja de Sevilla, según orden de su hijo Diego, por el cariño que su padre profesó a este lugar. Allí descansó su cuerpo durante 30 años , aunque también en vida fue lugar de retiro para el navegante, puesto que era asiduo visitante del citado monasterio, en cuya hospedería preparó su segundo viaje. Colón era amigo íntimo de fray Gaspar Gomicio (albacea testamentario y consejero espiritual de sus hijos), y de él recibió apoyo para su ambicioso proyecto.

Coetánea a Cristóbal Colón es la iglesia de este monumento, datada del siglo XV y de estilo gótico como señalan sus bóvedas de crucería. El claustrillo también es de esa época y es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura mudéjar de la ciudad.

Pero la voluntad del almirante era reposar en las tierras que descubrió, por lo que más tarde su nuera, viuda de Diego Colón, lo hizo llevar a lo que hoy es Santo Domingo y en su día fue La Española. Cuando España cedió a la República Francesa la parte que aún poseía de la isla La Española, en 1795, los restos del navegante fueron trasladados a La Habana, que aún pertenecía a España, pero cuando al final del siglo XIX ésta se independizó y se cerró así la etapa colonial, los restos de Cristóbal Colón retornaron definitivamente a Sevilla.

Mausoleo regio

Se preparó un solemne recibimiento en el muelle de San Telmo para el 19 de enero de 1899. El Gobierno y la familia Colón estuvieron representados por Cristóbal Colón de la Cerda, duque de Veragua, quien hizo entrega de la urna al alcalde para ser trasladada en solemne procesión hasta el Sagrario de la Catedral y depositarse sobre un túmulo.

El mausoleo que contiene los restos del almirante y que hoy puede verse en la Catedral de Sevilla fue realizado para el enterramiento en Cuba, lo que explica que haya cuatro reyes de armas vestidos de gala portando a hombros el féretro. Corresponden a los cuatro reinos históricos de España: Castilla, León, Aragón y Navarra, y simbolizan a España guardando en tierra americana las cenizas de Cristóbal Colón, como quiso dejar claro su autor, Arturo Mélida y Alinari.

Tampoco hay que olvidarse de la Biblioteca Colombina, que se encuentra junto a la Catedral y que contiene todo el legado bibliográfico de su hijo Hernando Colón, destacando joyas valiosísimas como un manuscrito de «El libro de las profecías», de Cristóbal Colón.

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