Una dura y complicada realidad

Cádiz es un punto negro en la punta sur de España. Cada vez que se saca un mapa en el que se intenta exponer la gravedad de la crisis, del paro, de los problemas económicos, de la falta de trabajo, los ojos se posan en ella. Cádiz es un agujero, un vórtice, lo que está más hundido, el suelo, lo más bajo. Una dura y complicada realidad para aquellas personas que se encuentran inmersas en esta vorágine que ha convertido a la pobreza en la principal preocupación de las entidades sociales, que ha habido momentos que se han encontrado desbordadas, pero que han sabido recomponerse para atender a la demanda, para repartir ayuda, para dar de comer, para que las familias tengan recursos para poder salir adelante, al menos otro día.

Los datos son demoledores. Cruz Roja estima que con sus programas y ayudas llega a más de 50.000 gaditanos. Antes de la crisis su principal preocupación era la integración de la población inmigrante que llegaba a la costa gaditana en busca de un futuro mejor. Ahora es la pobreza, en todos sus términos, la que ha cambiado la estructura de este colectivo que antes de la crisis solo se preocupaba de forma directa de atender a 3.000 personas. Por lo que el cambio ha sido significativo.

Ya en el año 2008 Cádiz encabezaba los índices de pobreza, exclusión social y de economía sumergida del conjunto del país, según el informe 'Cádiz, pobreza y exclusión social' realizado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDH-A). En total 110.898 personas de la provincia se encontraban en situación de pobreza «grave» y riesgo de exclusión social. Es decir, que sobrevivían con unos ingresos que se sitúan por debajo del 25% de la Renta Media Disponible, esto es «unos 200 euros mensuales» aproximadamente. En febrero de 2015, Cáritas dio a conocer su ‘Análisis de la realidad en la provincia de Cádiz y en la ciudad de Ceuta: acompañando en la acción’ y en él ya se exponía que la situación de exclusión social en la provincia de Cádiz afecta a 297.000 personas, que supone el 24% de la población de la provincia. Se trata de una realidad que sufren más de 100.000 hogares gaditanos y que afecta con especial intensidad a 136.000 personas (42.000 hogares), que se encuentran en situación de exclusión severa.

Ese mismo mes el Banco de Alimentos de Cádiz lanzaba un grito de auxilio ante la falta de comida. Un sustento con el que ayuda a más de 45.000 gaditanos. Todo este nuevo panorama ha cambiado también la preocupación de las asociaciones de vecinos y se puede ver como a lo largo de la provincia han surgido iniciativas de estas entidades para paliar la situación. Es el caso de la Federación de Vecinos Isla de León de San Fernando que atiende a más de medio centenar de familias y que se nutre de lo que le proporciona el propio banco de Alimentos así como de ayudas de otros entes e instituciones de la ciudad.

Cáritas de Jerez presentó en esta semana su memoria anual y en ella destaca que han prestado atención «de manera asidua» a un total de 28.989 personas. El director de Cáritas diocesana, Francisco Domouso, destacó que se están «recibiendo cada vez más solicitudes de atención, desde muy diversos sectores de la población, y Cáritas no llega con sus recursos para poder atenderlos». En cuanto a las principales demandas son similares a las del 2013, destacando la alimentación en primer lugar. En este punto, destaca que toma «cada vez más fuerza la escucha y el acompañamiento a personas que acuden con mucha angustia y desesperación a Cáritas».

Esto también ocurre en el caso de Cruz Roja y su directora Concha García, expuso que se realiza «una actuación integral de cada persona que viene a pedir ayuda. Y es que aunque llegan con una solicitud clara de ayuda sus problemas van mucho más allá y cada vez afectan más a los niños. La pobreza infantil se está convirtiendo en una importante amenaza».