CÁNCER
Un trozo de hígado que salva una vida
Es la historia de Ainhoa y José María, la hija que donó parte de su hígado a su padre, con cáncer de hígado
José María recibió un día el diagnóstico que nunca quiso escuchar: tenía cáncer de hígado. «Me levanté un día de la cama y noté un pequeño mareo. Me hice análisis y me diagnosticaron cáncer». El único tratamiento capaz de curar su enfermedad era el trasplante. Pero tenía que esperar a la llegada de un órgano. «Esperé pero el órgano no llegaba y la cosa se fue deteriorando. Ni mi mujer ni mi hijo valían para ser donantes pero mi hija sí».
Su hija Ainhoa no se lo pensó dos veces y se convirtió en la donante de su padre en un proceso que se llevó a cabo Clínica Universidad de Navarra , el centro acreditado para trasplantes en Navarra. «No me siento especial. Tenía unas perspectivas de vida como casarme, tener hijos y yo quería que mi padre lo pudiese ver », confiesa la joven. José María se lo agradece cada día: «el 50 por ciento se lo debo a la Clínica Universidad de Navarra y el otro 50 por ciento a mi hija».