Real Madrid-Málaga
El Real Madrid se topa con Kameni
El portero y el desacierto de Cristiano explican el empate, que deja al Madrid sin liderato. Jesé abandonó el campo lesionado
Entre Kameni y la escasa suerte de Cristiano se explica el empate. Por lo menos así de primeras, en bruto. Raúl debe de estar metido en la cámara hiperbárica cruzando los dedos para que no le quiten el récord. El caso es que Cristiano metió cinco y, como dicen en Andalucía, se pegó la jartá.
Empató, pero el Madrid es el equipo menos goleado. Esto es algo que le es dado ver una vez a cada generación de aficionados. Intenso placer en el sector tacticista del público . Se le nota el trabajo a Benítez, que ha tenido ese alarde de currante español de presumir de horas.
A Benítez, que tiene la familia en Liverpool (un poco Irureta esto), y al que hay que empezar a entender por esa nueva raigambre inglesa, norteña, habría que ponerle un sofá camá en el despacho y agradecerle que a este Madrid apetezca verlo otra vez como jugábamos al PC Fútbol, con disfrute de proyecto, rotaciones e ideas. Es disfrutar no sólo de lo del campo sino de las decisiones que se van tomando.
Por ejemplo, la de Isco. Le afean que no haya aprovechado estos partidos. En lugar de ir dando ruletazos, El-de-Arroyo-de-la-Miel ha decidido dos partidos , seis puntos, con dos asistencias, y dio pases para haber resuelto el de ayer. Su fútbol se depura, prescinde de volantes y alamares.
Antes de empezar, a Cristiano le dieron el premio al jugador más saludable. Cristiano es un ser tan saludable que no sólo se puede hacer fotos con el torso como Kirk Douglas , sino que exige a sus amigos que salgan igual.Qué difícil ser amigo de Cristiano y estar a la altura cuando diga «¡Fuera camisetas!».
«Buena carita» quiere sustituir este año al «romper tarima».
El Málaga, que buscaba un arco iris para estrenarse con el gol, empezó presionando la salida del Madrid. Kroos, que es un mártir, un mártir del Madrid , de Florentino y de todos nosotros, se colocaba de tercer central y sacaba la pelota. Liego dirán que está mal, pero vamos a ver: si era un mediapunta y lleva un año cubriendo las espaldas de todos, ¿Qué más va a hacer? ¿Quién cubre las suyas? En las segundas partes se cansa, naturalmente.
Kroos estaba detrás y Modric por delante, a veces haciendo el triángulo con Isco. Es decir, que no se colocaron paralelos como otras veces. En defensa, se dibujaba el preceptivo 4-4-2.
El Real Madrid jugaba bien, pero en corto: jugaditas timoratas de Marcelo y Jesé por las bandas. Vuelo medido, seguro. Y Cristiano estaba un poco contemplativo de inicio.
Lo más bonito del Madrid eran los cortes de Varane, de una superioridad técnica que impactan. Cada intervención suya revelaba una superioridad absoluta, ajena completamente. Cada corte suyo era como los Viva España de Sarkozy, distintos, bonitos, mejores. Es como poner a un Mossad a la puerta de un pub . Es expeditivo de un modo sedoso. Expeditivo rasé, que diría Josie.
En el 28 el público pitó. Las golondrinas del Bernabéu , que son como pajarillos, son ya pura ornitología. Pero esos pitos no comprendían la naturaleza virtuosa del aburrimiento. El aburrimiento del Madrid es un aburrimiento bonito porque es un aburrimiento con tensión. Es mejor un 1-0 que un 5-2. Infinitamente mejor. El unocerismo significa respeto al rival, tiene en cuenta al rival, al otro, y al final eso la competición lo agradece. Estos tostones son el camino de una Liga. ¿O acaso lo de Simeone es Broadway?
Se agitó la cosa cuando Jesé cambió de banda. Por la izquierda tuvo tres llegadas. El letargo había sido tal que cuando llegaron los aplausos molestaban.
Benzema se hace con los balones como Nabokov con las mariposas. Qué pelota detuvo en mediocampo... Aunque con los controles de Benzema caemos en otro piperismo . Una guerra de ¡oh! contra los oh de Isco, el oh fino contra el oh más popular.
El gol óptico
Cristiano tuvo tres remates, pero equivocados. No tenía fino el giro de cuello, como si hubiese dormido en mala posición. En uno de ellos hubo un engañoso efecto óptico que hizo a parte de la grada cantar el gol. Medio estadio cantando un gol que no fue genera una sensación de extrañeza muy fuerte que, sin embargo, se da mucho en la vida. La gente va cantando cosas que no fueron constantemente, goles ópticos.
En el minuto 44, un pase largo de Marcelo lo cazó Isco y lo envió ajustado al palo. Isco había esprintado para rematar un balón en el área. Isco, por fin, había llegado . Lo que quería Benítez. ¿Cómo no disfrutar con este aburrimiento?
La segunda parte empezó como terminaría, con paradón de Kameni. También hizo una Keylor, tras una falta, una palomita alta estupenda que se aplaudió como una banderilla. Nos tenía acostumbrados a esas paradas un poco de pobres del que se tira a por el duro.
Hubo ocasión de Benzema, otra de Cristiano a pase de Kroos. En el Málaga, además del esfuerzo defensivo, Amrabat, tremendo Amrabat, acarreaba el ataque él solo, como un rio que no encuentra donde desembocar. El Madrid se partió un instante, pero se rehízo y acabó siendo un equipo entero. Otra cosa nueva. Es un equipo porque parece un equipo .
Kroos tocaba de primeras a la derecha, por donde el Madrid tenía un tobogán con Modric y Carvajal esperando en fila; e Isco lanzó por la izquierda un pase que era su tercera asistencia de la semana. Cristiano no la aprovechó.
Jesé falló su ocasión y para colmo se lesionó («¡El sóleo!» se oyó inevitablemente). La media del Madrid crecía tanto que Benzema, cual cajera un sábado, empezaba a no dar abasto con las devoluciones.
El Madrid estaba junto, presionando y llegó a sentirse un instante febril en el estadio.
Hubo un posible gol fantasma de Isco . Un gol óptico y otro fantasma . ¡El gol estaba riéndose del Madrid! Pero en su forma puramente reglamentaria no llegaba, y hasta inquietó Amrabat. El delantero se autoexpulsó con un codazo y el Málaga se acabó, pero ni así pudo el Madrid.
Kroos desfallecía, Carvajal intentaba sombreros sobre Kameni e Isco hacía de llegador converso que se estrella contra el palo. Cristiano tuvo hasta tres ocasiones y acabó rematando con la mano (así nació el baloncesto, ¡de pura impotencia!)
El Madrid deja su puerta a cero. Caben tres mínimos reproches : Cristiano, propenso a la ofuscación, agradecería algún descanso. Hay que benitizarlos a todos sin excepciones. ¡O rotan todos o se cae el sistema! Dos: al final faltó abrir más el campo. Tres: con Carvajal cansado, quizás el optimismo ligero y humilde de Lucas Vázquez hubiera aportado su presentida condición de talismán.
Fue un buen partido.
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