Música
The Unfinished Sympathy: «Nuestra vuelta ha estado marcada por la incertidumbre y las ganas de reinvención»
El cuarteto catalán presenta el disco de su regreso, «It's a crush», en la sala El Sol
![The Unfinished Sympathy](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2017/11/24/unfinished-k6OG--1240x698@abc.jpg)
Durante la pasada década, The Unfinished Sympathy , el cuarteto liderado por el cantante y guitarrista Eric Fuentes, publicó cinco valiosos álbumes y algunos EPs, logrando acuñar un sonido característico, instalando varias de sus partituras en la memoria colectiva de los melómanos con inquietudes e imponiendo su ley en escenarios de toda condición. El regreso a la actividad del grupo –se despidieron en 2010– ha sido paulatino y culmina, al menos momentáneamente, con la publicación de «It’s a Crush!», otro álbum notable que revalida su condición de rockeros vocacionales y con fundamento. Tres de los antiguos miembros de la banda –Fuentes, el guitarrista Oriol Casanovas y el bajista Joan Colomo– siguen estando ahí. Se les une tras los parches Víctor García, otra figura cardinal de la escena catalana. La renovada alianza empieza a dar sabrosos frutos.«It’s a Crush!», el sexto álbum del grupo, grabado en Ultramarinos Costa Brava bajo la tutela de SantiGarcía, no solo está a la altura de las exigentes cir-cunstancias sino que plantea una luminoso futuro para la banda.
¿Cómo ha sido la grabación de este disco de regreso? ¿Tuvo mucha carga emocional?
(Eric) Sí, emocional y de incertidumbre, porque no se podía prever el resultado, después de tantos años sin hacer nada creativo juntos. El último disco es de 2009... Son prácticamente ocho años los que han pasado. La sensación era la de que "a ver qué sale", porque igual no estábamos inspirados, o igual no nos salían bien las cosas en la grabacion. Pero por el otro lado no había ninguna presión porque nadie esperaba nada de nosotros, y era un poco volver a reinventarse. La vuelta ha estado marcada por eso, por la incertidumbre y las ganas de reinvención.
Pero expectativas sí que había...
Bueno sí, pero nosotros quisimos hacer algo que primero nos gustase a nosotros, y que después también lo fuera para nuestros seguidores. Porque nuestro grupo existe porque hay gente que le interesa, más allá del placer nuestro por tocar, que hay otras mil maneras de encontrarlo.
¿Tuvieron claro que tenían que volver con la cara más robusta de su sonido?
Eso no estaba especialmente premeditado. Como las canciones tenía bastante carga melódica, con una fuerte base pop, había la necesidad de vestirlas con músculo. No queríamos que se quedaran insulsas, que les faltara intensidad. Hicimos poca sesión de local, simplemente para medir esto. Si cantas una melodía en casa, luego al cantarla en un local con micrófono la cosa puede cambiar mucho.
Sacar un sonido duro es la especialidad de Santi García, de los estudios Ultramarinos Costa Brava.
Sí. Él nos ha ayudado mucho siempre a nivel de sonido, pero en este disco también con los arreglos. Esta vez su aportación ha sido mayor que otras veces, porque llegamos al estudio con las canciones sin terminar del todo, y allí se perfilaron los últimos detalles con su ayuda.
«La banda se puso en marcha gracias a la invitación del sello BCore para tocar en su fiesta de aniversario»
Llama la atención que hicieran poco trabajo de local, después de tantos años sin tocar juntos.
Sí, pero hay una logística inherente a tocar en local, que exige un sitio con las condiciones adecuadas y una agenda de disponibilidad. Y en este sentido, cuando eres un grupo joven es fácil coger una rutina. Pero para nosotros era imposible, todos tenemos actividades imprevisibles e inconstantes, con lo cual costaba un montón encontrar el momento para ensayar, y también el sitio. Ahora, para preparar los directos, hemos estado de local en local, en tres o cuatro sitios diferentes. Yo hice mucho trabajo de demos previas, y después hemos trabajado mucho en el estudio, como he comentado. La fase de en medio la pasamos un poco por alto.
En esas sesiones de local verían que todo seguía en su sitio, en cuanto a química y demás.
Sí. En realidad nuestra música es muy agradecida de tocar. Cuando la tocas disfrutas, porque son cosas que individualmente son sencillas, pero todas juntas forman algo más complejo. Así es fácil encontrar tu sitio, encontrarte cómodo en tu espacio.
¿Las canciones fueron creadas expresamente para este regreso, o hubo alguna más antigua que se rescató?
La verdad es que todo es bastante nuevo. En 2014 saqué un disco triple en solitario, y eso me sirivió para hacer un reset creativo. A partir de 2015 las ideas eran ya para Unfinished Sympathy, porque justo en ese año tocamos en la fiesta de aniversario de BCore. Ahí pusimos la banda en marcha, y desde entonces las ideas que se ma han ido ocurriendo ya sabía que eran para ella.
Su historia está bastante vinculada al sello BCore, de hecho.
Sí, la banda no hubiera regresado si no hubiera sido por aquella fiesta. BCore insistió para que participáramos en su fiesta, y cuando decidimos tocar, vimos que si hacíamos el esfuerzo ya tenía que ser para volver con todas las consecuencias. No queríamos hacer un brindis al sol y que la cosa se quedara ahí. Era una oportunidad de recuperar un repertorio que todavía le sigue interesando a la gente.
¿Cómo están siendo los primeros conciertos?
Muy bien, en Barcelona la sala se llenó, la gente estaba muy emocionada... Además había un público bastante joven, mezclado con el más antiguo. Fue un éxito. Este sábado tocamos en El Sol, y será una gran cita también.
Tendrán grandes recuerdos de El Sol.
Sí, porque hemos tocado ya un par de veces ahí. Me encanta que el escenario sea semicircular, de alguna manera te sientes más dentro del público y hay más interacción.
El título «It’s a Crush!» tiene un componente muy actual, muy de nuestros días.
Sí, porque esta sacado de una app de estas que te buscan ligues. Hay una que se llame Happen, que cuando la gente se encuentra, por decirlo así, suena «It’s a Crush!», que significa «¡Es un flechazo!». Me pareció lo bastante cursi como para contrarrestar la oscuridad y el drama que hay en el disco.
THE UNFINISHED SYMPATHY en la sala El Sol . Sábado 25 de noviembre a las 22h. Entradas desde 12 euros.