Wanted
Actualizado: GuardarSurge Cantizano en pantalla, enhiesto el cabello eléctrico, y señalando a su invitado de Dónde estás, corazón proclama: «Es el hombre más buscado, que representa a un clan». ¿Argumento de impacto! Hasta hace un par de meses, el hombre más buscado era el italiano Bernardo Provenzano, jefe de la mafia siciliana: llevaba más de cuarenta años huido de la justicia, viviendo como un topo en alguna madriguera de Corleone, donde sin duda representaba a más de un clan. La cámara nos mostró al invitado de Cantizano: un hombre maduro de tipo mediterráneo, aire rústico y mirada huidiza, escaso cabello blanco, camisa oscura bajo la chaqueta clara, con cierto toque fatal.
Podía ser, sí, Provenzano, el hombre más buscado. Pero no: sólo era Humberto Janeiro, el padre de Jesulín, que comparecía allí para exponerse a las acusaciones del Tribunal Popular del Corazón y Otras Vísceras. En resumidas cuentas, todo consistía en demostrar que Humberto es un sinvergüenza y dejar al acusado que se defendiera de la tremenda imputación. Quien ejerció como fiscal principal de la causa fue Gema López, armada de papeles que la pantalla nos mostraba con sus convenientes recortes y subrayados.
Los papeles en cuestión provenían de registros oficiales: de la propiedad, mercantil, etc., y acreditaban que Humberto Janeiro es o fue socio de distintas sociedades, y posee o poseyó distintas propiedades, que se hallan unas y otras embargadas por incumplimiento de obligaciones fiscales. «Demuéstramelo!», contestaba Janeiro cuando veía los papeles.
Después María Patiño hinchó la vena para proyectar sobre Janeiro senior acusaciones de otro calibre, algo más sentimentales. Y ahí Humberto que se pone en pie, extiende el índice acusador sobre María Patiño y, retórico, exclama: «Yo me levanto ahora mismo aquí y te digo que eso es mentira!». Hizo Humberto un mohín como ajustando la sisa de la chaqueta sobre la axila, ese tipo de gesto que, en Provenzano, hubiera hecho temer la presencia de una pistola en sobaquera. Pero no, ya digo: sólo era Humberto.
Así que Chelo García Cortés salió, heroica, en defensa de su compañera: «María Patiño podrá tener mucho nervio, pero mentir, no miente». Y entonces Humberto rebaja el grado del dicterio: «¿Pero tú por qué estás ahí sentá? ¿Por liosa!». Y así todo. Una risa, vamos. De hecho, todos se rieron mucho. Eso sí: a los chicos del programa se les fue la mano cuando admitieron un mensaje SMS que rezaba: «Se coge antes a un mentiroso que a un cojo», lo cual era poco elegante para referirse a alguien que, en efecto, cojea. Ese mal detalle estropeó un bonito espectáculo cómico. La semana que viene, la mujer barbuda disfrazada de María Antonieta. O así.