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Día de descanso con las familias
Los jugadores regresarán hoy a la concentración tras haber disfrutado de unas horas de libertad
Actualizado: GuardarLos jugadores de la selección tuvieron ayer su primer día libre en Alemania. Tras una breve sesión de entrenamiento a puerta cerrada, que al final se realizó a cubierto ya que el día amaneció lloviendo con fuerza, los internacionales de Luis Aragonés abandonaron el Sportcentrum de Kaiserau con diversos rumbos desconocidos.
La mayoría de ellos optó por desplazarse hasta la cercana Dortmund, donde se encontraban sus familiares. Los últimos en salir, pasadas las doce y media del mediodía, fueron Juanito, Marchena, Reyes y Fernando Torres. Luis Aragonés, que se quedó en el hotel de concentración, sólo ha dado una orden a sus pupilos: a las 14 horas de hoy deben estar de vuelta. Les espera la comida, la siesta de rigor y un entrenamiento a las siete y cuarto de la tarde. La familia del seleccionador tiene previsto viajar a Alemania si el equipo se clasifica para la semifinales.
Centro con historia
Así las cosas, con todos los jugadores de turismo, la Federación Española de Fútbol abrió a la Prensa las puertas del centro de alto rendimiento en el que se encuentra alojada la selección. Las instalaciones, que han sido utilizadas en varias ocasiones por el combinado nacional germano y tienen fama de dar suerte a sus inquilinos (Alemania las utilizó, recién inauguradas, para el Mundial de 1974 y para la Eurocopa de 1990 y en ambas ocasiones se alzó con el título), tienen todo lo que se necesita para hacer agradable una concentración. Los posters y camisetas de los equipos que han pasado por allí decoran los largos pasillos y dan un ambiente futbolero.
El pelotón de cámaras, fotógrafos y periodistas que sigue la actualidad de España fue guiado en una especie de recorrido de reconocimiento por la sala de juegos, provista de cinco futbolines, máquinas de petacos y billar; la piscina climatizada; la sauna; el pabellón cubierto; la sala de reuniones y la de televisión, que dispone de una pantalla gigante y una especie de graderío con asientos corridos a su alrededor; y el comedor, que tenía todas las mesas puestas. De ese modo, se pudo saber que los miembros de la expedición española beben en sus comidas un crianza de Ribera del Duero (Emilio Moro), agua 'Salvus'y que aliñan sus ensaladas con aceite de oliva italiano y vinagre de Módena.
El segundo edificio visitado fue el hotel, en cuya recepción departían el doctor Genaro Borrás y el fisioterapeuta Miguel Gutiérrez. Durante el recorrido se pudieron ver las salas de trabajo, provistas de pizarras y ordenadores. En la que utilizan habitualmente los técnicos de la selección, se estaba grabando un partido de Arabia Saudí, retransmitido por Al Yazeera, y todavía podían verse en la pizarra las alineaciones que los dos próximos rivales de España utilizaron en su enfrentamiento del miércoles. Y es que los técnicos no descansan.
La visita terminó con un vistazo a las habitaciones de los jugadores, que son individuales y disponen cada una de ellas de una televisión de plasma. A la salida, en una esquina del recibidor, una frase del gran Ernst Happel resumía el espíritu de las instalaciones: «Un día sin fútbol es un día perdido».