ANÁLISIS

la canarinha en acción

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Alto. Todo el mundo en silencio. El actual pentacampeón, Brasil, la refererencia para todas las demás selecciones y el rival al que intentarán batir por la repercusión mundial que tendría un resultado adverso de este combinado, entra en acción. La situación me recuerda al ciclismo. Como en las contrarrelojes del Tour, las referencias anteriores tenían un valor determinado, pero faltaba en escena el americano Amstrong. Cuando éste salía empequeñecía los registros y colocaba el listón más alto. Hasta ahora, se han visto cosas positivas de muchos, pero su nivel real habrá que contrastarlo con la canarinha.

A Brasil le hace grande la unión que hay en el vestuario, con una alegría que soporta cantos, rezos... Todos unidos con sus plegarias, no sólo para ellos, también para sus adversarios, para que no haya lesiones. Y como creen en todos estos factores emocionales fueron de los primeros en introducir el psicológo. Es una selección contrastada ya que los 'once' titulares están inmersos durante la temporada en competiciones europeas y son referencias en sus clubes; Ronaldinho, Ronaldo, Adriano... Jugarán con el cuadrado mágico y con una vocación ofensiva porque el equipo reúne los complementos necesarios en todas las líneas. Desde la delantera, magnífica, hasta la zaga. Lo mejor de Brasil, sin duda, es que es un grupo alegre. Con algunas connotaciones con la samba tratan siempre de controlar el juego; pero no están exentos de hacer una jugada con un detalle técnico, que cause la admiración del público y mine el ánimo del rival. Así contrarresta los valores de éste, les descentra y el contrario se va entregando hasta finalizar con una samba colectiva. Hasta Dida tiene rasgos técnicos. Todos se suman a la fiesta poco a poco y destruyen al adversario.