'Thumbsucker' vende carisma 'indie' con la crónica de un eterno adolescente
El filme, triunfador en Sundance, narra los desvelos de un hombre que sigue chupándose el dedo a los 17 años
Actualizado: GuardarHubo un tiempo en el que el festival de Sundance era un símbolo inquebrantable del cine independiente. Cualquier cinta con ínfulas de erigirse como el colmo del celuloide alternativo tenía que pasar por allí. El conocido evento va perdiendo espíritu, y es uno de los máximos culpables del acuñamiento de la etiqueta indie como sinónimo de películas que cumplen los requisitos para entrar en el saco del underground bien visto: aquel que sirve para vender la moto como cualquier otra maniobra comercial. Así podemos entender Thumbsucker, propuesta estimable que pudimos ver en el festival de Gijón, cuyo mayor pero es la excesiva utilización de tics complacientes.
Como cabe imaginar, Thumbsucker se paseó triunfante por Sundance. Su concienciado posicionamiento asimilando su condición de película independiente -parte de la novela homónima de Walter Kirn- le augura una buena trayectoria por las salas en versión original, pero, toques snob aparte, tampoco hay que quitarle méritos. El filme está bien realizado, con contención, a pesar de que su director, Mike Mills, debutante en el largo, viene del mundo del videoclip y la publicidad, un bagaje que suele significar perderse en las formas. Sin embargo, esta curiosa opera prima, cuya financiación no fue un camino de rosas, hecho que alimenta su alma indie, se parapeta tras una sensibilidad elogiable que el espectador entregado podrá disfrutar mientras saborea una crítica mordaz a valores asimilados por nuestra sociedad. Pone en entredicho, entre otros temas candentes, el núcleo familiar y la peligrosa tendencia a la vida artificial que se apodera de nuestro vivir cada día. La realidad fatua que nos rodea.Justin Cobb, interpretado por un desconocido Lou Pucci (Oso de Plata al Mejor Actor en el festival de Berlín), sigue chupándose el dedo a sus 17 años, de ahí el título del filme. Intenta aliviar la patética conducta mediante la hipnosis a que le somete su dentista (Keanu Reeves), pero sus problemas no han hecho más que empezar.