VUELTA DE HOJA

Billetes gordos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Puedo jurar o prometer que los billetes de 500 euros existen: tuve uno en mi transitorio poder, hace algún tiempo. Murió en mis brazos, como el poeta quería que muriera el tiempo, y por lo tanto atestiguo con muertos. El caso es que no se ven, aunque no se haya prohibido su circulación. Nadie sabe dónde va el amor cuando se olvida, pero se sospecha del paradero de este papel egregio, ya que se ha salido de la grey numerosísima de los billetes menores.

Ya hay 50.568 millones en billetes de 500 euros y en abril pasado sólo había 38.000. Hacienda investiga por qué en un año han aumentado en un 33 por ciento. Cualquier persona normal puede ayudarle en sus pesquisas a los detectives: estos billetes, como el saber, apenas ocupan lugar. En una caja de zapatos, aunque no corresponda a un jugador de baloncesto, por lo general plantígrado, cabe una fortuna. Se comprende que sean muy apreciados por algunos constructores y por algunos concejales de urbanismo. Les evita el delator transporte de maletines y en ciertos casos, como los registrados en Marbella, de baúles. Además, a unos y otros, les parece muy adecuado que unos cuantos millones tengan el tamaño de un ladrillo.

El Banco de España ha entregado a Hacienda un informe con las zonas donde más se demandan estos billetes, lo que equivale a la cartografía de la desvergüenza. La policía antiblanqueo exige un control mayor, ya que se da la particularidad de que lavan blanco, blanquísimo, en idéntico tiempo y en las mismas tintorerías que garantizan el resultado de la limpieza. Antes les llamaban Bin Laden, porque nadie les había visto, pero ahora no se les llama de ninguna manera porque se sabe que no acuden. El Ministerio que dirige, con acreditada eficiencia, Pedro Solbes, está indagando este nuevo sistema de pesos y medidas.