DUREZA. Más del 95% de las prostitutas considera que es una profesión con muchos riesgos.
ESPAÑA

Prostituirse con derechos

Las trabajadoras del sexo que ejercen la profesión voluntariamente abogan por una regulación que les de un estatus laboral y recelan de los que intentan salvarlas o las tratan como incapaces

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FRENTE a los argumentos de Chelo, «punto en boca», que esgrime ella. «¿Y me dicen 'explotada sexual' porque trabajo en la calle y, aunque duro, haciendo lo que me da la gana? ¿Y cómo le llaman a trabajar de interna en una casa sin horas libres, por un sueldo de hambre, sin vacaciones? Pregunte. Y dígame, ¿a eso no le dicen explotación de nada? Me río yo de estos que nos vienen a salvar. Porque vale, dejo la calle y me da usted su trabajo, ¿o dejo la calle y me manda a limpiar? ¿Venga ya!».

Vaya, cómo se las gasta esta rubia de bote que anda trajinando por los alrededores de una Gran Vía madrileña que el Consistorio quiere «limpiar» a golpe de guardia. Lo que dicen 'la Chelo' y sus colegas: «Ni leyes contra la esclavitud, ni nada. Que a esos, cómo si nos morimos. Que nos habíamos quitado de encima a los chulos y ahora quieren los alcaldes ponernos multas. Tiene guasa: hemos pasado del chulo-chulo al chulo-alcalde. Para eso, mejor nos legalizan y pagamos al chulo-Estado».

«Ya no es como antes»

A Chelo se la llevan los demonios, así que cambiamos de tercio. «¿Te acuerdas de Carmela, la que venía del Instituto de la Marina?». Pues claro que se acuerda, otra rubia de refinada lencería que, como ella, y en casa de Irene iba llenando de números libretillas negras de balances diarios. Pero hoy de Carmela ya no sabe nada, «habrá vuelto a Málaga, y se queja de que las cosas ya no son como antes «con tanta chica de fuera». Ella misma cambió de calle cuando echó el cierre el lupanar de Irene y salta con que a ella le dan ganas de hacer lo mismo, de irse para su pueblo, pero que aún tiene obligaciones. Siente que se le ha pasado el arroz si al final, y de ley, las hacen trabajadoras en toda regla, «será para las otras -lamenta-. Pero será bueno para todos».

Chelo y las que como ella son prostitutas por su voluntad no dudan en que una regularización sacaría a relucir «lo chungo, especialmente los casos tremendos de las 'sinpapeles'». De hecho, un estudio del Comité de Apoyo a las Trabajadoras del Sexo (CATS), de Murcia, revela que el 57,1% de las meretrices comenzó a prostituirse «porque no tenía documentación y era la única salida». Sin embargo, «muchas de ellas junto con otras, el 49%, siguen en ello después de tener papeles porque sigue teniendo necesidades económicas -explica el coordinador de CATS, Nacho Pardo-. Además, el 49,1% se dedica a esto porque le es rentable, razón que va seguida de motivos como ayudar a la familia, pagar una deuda de viaje o ser transexual». Según las encuestas el 73,5% cree que hay mucha competencia, el 95,9% declara que tiene muchos riesgos, el 89,8% que elige su horario, el 77,6% que selecciona a sus clientes, para el 49% es una actividad rentable y el 91,8% asegura que no tienen que dar explicaciones.

El 98% afirma que trabaja para sí misma. Y el 95% manifiesta que dejaría la prostitución si encontrara un trabajo con un sueldo de entre 600 y 3.000 euros mensuales. Además, la investigación revela que, a juicio de las meretrices, harían falta una serie de medidas: tarifas mínimas «para los servicios de siempre», una zona roja o área coordinada por las mismas prostitutas, ayuntamiento, policía y/o una asociación de apoyo en que querría trabajar el 95,9%, y el uso obligatorio del preservativo. El 12% querría cotizar como «prostituta», el 39% como «trabajadora sexual» y el 22% como «chica de contacto», «masajista« o «camarera».

Una actividad legítima

Ruth Mestre, doctora en Filosofía del Derecho y autora de 'Las caras de la prostitución en el estado español', asegura que «existen poderosas razones para dejar de hablar de prostitución y hablar de trabajo sexual. Explicar todo como explotación sexual parece en extremo reductor». María Jesús Aranda, defensora del pueblo en la Comunidad foral, en su informe especial 'Los derechos humanos y la prostitución en Navarra', traza la necesidad «de una base normativa que salvaguarde las garantías y obligaciones sociales y económicas de quienes a ella se dedican». A partir de 2001, y para el Tribunal Europeo de Luxemburgo, es «actividad económica legítima».

Desde lo que podría considerarse como la patronal, la Asociación Nacional de Empresarios de Locales de Alterne (ANELA), su representante legal, José Luis Roberto, aboga por la regularización. Para Roberto, los propietarios quieren pagar más y también tener más derechos y más seguridad «porque ahora las redadas son continuas y cualquier juez puede ordenar el cierre cautelar». Por eso, lo que quieren prostitutas y empresarios es lo mismo: regulación, ellos para tener seguridad, y ellas para como autónomas cotizar sus 250 eurillos.