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Científicos españoles abren un revolucionario plan de investigación sobre todas las dolencias de hígado
El científico José María Mato confía en que los trabajos estén casi listos en «dos o cuatro años», aunque los fármacos tardarán algo más en llegar
Actualizado: GuardarEl grupo español que participa en el proyecto internacional HUPO para la catalogación de las proteínas del cuerpo humano ha decidido centrar su investigación en el conocimiento del hígado.
El órgano encargado de metabolizar los alimentos, de asimilar y transformar en energía las sustancias que entran en nuestro cuerpo, es también el de mayor tamaño en las personas y posiblemente, según los expertos, el segundo más complejo después del cerebro.
Un gran avance
El conocimiento detallado de las proteínas que intervienen en la actividad hepática permitirá avanzar en la lucha contra enfermedades de un gran impacto social, como la obesidad y la diabetes, y también contra otras, como la hepatitis C y la cirrosis.
El camino que queda por recorrer aún es largo y, en el ámbito de la investigación científica, re-sulta muy complicado hablar de plazos. Aún así, el científico José María Mato, director del CIC Biogune, que coordina la participación española en esta iniciativa, se atrevió ayer a hacer un adelanto: que en un plazo de dos a cuatro años «se empiecen a tener datos realistas sobre la identificación de grupos de proteínas asociadas a enfermedades». Los medicamentos, se apresuró a ma-tizar a renglón seguido, «llegarán más tarde».
El proyecto HUPO (siglas en inglés de Organización para el conocimiento del Proteoma Hu-mano) se puso en marcha hace cinco años.
El proteoma
Los investigadores están convencidos de que la elaboración del mapa de proteínas del ser humano, lo que la comunidad científica ha venido en llamar el proteoma, permitirá prevenir y diagnosticar enfermedades con la mayor antelación posible.
¿En que basan esta confianza? En los datos que ya se conocen. En el mundo de la medicina, na-die duda de que el éxito de un tratamiento contra cualquier patología radica en buena medida en la detección a tiempo del mal en cuestión. Cuanto antes se diagnostica una enfermedad, antes puede ser tratada y mejores resultados terapéuticos se logran. El primer indicador de que algo falla es la detección de determinadas proteínas.
Por ejemplo, la presencia en la sangre de elevados niveles de colesterol malo, en concreto de una proteína llamada LDL, ad-vierte a los médicos de la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular.
Un análisis rutinario de sangre permite en la actualidad tener bajo control a unas veinte o treinta proteínas. Cuando hayan concluido los trabajos previstos de esta investigación podrá seguirse de cerca la evolución de miles de ellas.