«Los bomberos no somos los típicos 'medallitas'»
25 años respaldan el trabajo de este bombero portuense que confiesa «adorar» su trabajo a pesar del riesgo que corre cada día
Actualizado: Guardar-¿Cómo decidió que quería ser bombero?
-No sé, lo mío fue por avatares de la vida. Trabajaba de conductor de autobuses y me quedé en el paro. En aquel momento se necesitaban tres conductores mecánicos de bomberos y, después de opositar, me hice con la plaza.
-¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
-Lo nada monótono que es. Día a día te encuentras con servicios nuevos y con retos distintos que hay que seguir superando. Yo, desde luego, lo considero un trabajo muy vocacional porque cuando llegas nunca puedes planificar qué es lo que saldrá o a qué hora será.
-¿Qué situación recuerda con más temor?
-Recuerdo el fuego que hubo en los antiguos bingos de Puerto Bahía. Allí estuve desorientado entre el humo durante unos minutos y el servicio de respiración se iba agotando. Pero, al final, la experiencia me ayudó a tranquilizarme y situarme de nuevo al principio para encontrar la salida. El riesgo siempre está ahí pero, hasta hoy, en este parque no tenemos que lamentar la pérdida de ningún compañero.
-¿Y algún socorro?
-Sí, uno en el que encontramos a dos niños pequeños que ya estaban muertos; se habían intoxicado con el humo. Me impresionó mucho porque me recordó a mis dos hijos que, por entonces, también eran pequeños. Tardé más de una semana en recuperarme del impacto. A muchos otros les hemos salvado la vida
-Como en los accidentes de tráfico, ¿no?
-Sí. En 25 años de servicio no te sabría decir en cuantos he intervenido, pero han sido infinidad. Hemos salvado muchas vidas . Lo que pasa es que el bombero no es el típico medallita. Hacemos nuestro trabajo que para eso nos pagan y hemos hecho nuestra oposición. Sabemos que cada día hay que empezar de nuevo.