Una noche intensa
Actualizado: GuardarJoé, quillo, qué peazo descenso». Así, con una sonrisa en la boca, se marchaba anoche un chaval de no más de 12 años junto a un amigo del estadio Ramón de Carranza. Los dos iban felices, se lo habían pasado en grande y seguro que tardarán mucho tiempo en olvidar este día. «Qué peazo descenso». Tiene guasa la frase, si la analizan. Porque lo que se vivió ayer en Cádiz fue la despedida de Primera. Por increíble que parezca. Más que nunca el sector más joven de la hinchada cadista dejó claro que el resultado le trae al pairo.
Y es que lo vivido anoche en el Ramón de Carranza no tiene explicación. Ni comparación. Díganme un solo equipo al que se haya despedido de semejante forma tras bajar. Todos recordamos pitadas de escándalo, pañoladas, abucheos y hasta agresiones a futbolistas. Sólo aquí es posible vivir la tragedia como si se tratara de una proeza. Carranza ovacionó a los suyos sin descanso, los despidió como a héroes. La segunda parte fue impresionante. Todo el estadio se unió y no dejó de animar ni un solo minuto de los 45. Ciertamente, si el fútbol es para disfrutar, la afición cadista dio anoche otra lección, una más, de cómo vivir el fútbol.
Sin duda, es una filosofía de vida envidiable, y al que esto firma se le puso la carne de gallina viendo lo que vio. Sin embargo, personalmente sigo prefiriendo un poco más de análisis crítico. Todo esto está muy bien, pero no pasa nada porque de vez en cuando se proteste. Aunque sea por respeto a los aficionados a los que el resultado no les da igual. Que los hay. Y muchos. Si a lo mejor se hubiese mostrado disconformidad con determinadas decisiones y actitudes durante la temporada, la de ayer sí que hubiese sido la fiesta de la permanencia.
Pero eso ya es historia, como lo son los jugadores a los que el club dio boleto al filo de las doce de la noche. Con nocturnidad y un pelín de alevosía. En un breve comunicado, el Cádiz anunció que Suárez, Berizzo y Mario Silva no seguirán. Lo del portugués ya se sabía y al argentino hay que agradecerle su profesionalidad. Pero lo que han hecho con Suárez no tiene nombre. Toda una institución del club y se marcha así, sin un triste adiós. Injusto, sin duda.
También se anunció que se irán cedidos Navas y De la Cuesta y Nenad es transferible. Hay que agradecerles también su entrega. Y por último que Estoyanoff y Benjamín vuelven a sus equipos tras sus cesiones. El uruguayo se ha ganado un hueco en el corazón de los cadistas. Y el del Betis... pues eso.