Cádiz y Málaga se juegan el honor en un duelo de Segunda

Un duelo de Segunda, con la salvedad de que no hay puntos en juego que puedan valer para la próxima temporada. Málaga y Cádiz han demostrado ser los dos peores equipos de Primera y han reservado billete antes de tiempo para regresar a la categoría de plata. Por ello, hoy disputarán un derbi descafeinado, sin chicha, muy lejos del ambiente que se preveía cuando el calendario reservó este clásico del fútbol andaluz. De nada sirve recordar aquella promoción en la que el submarino se salvaba milagrosamente de la quema y confirmaba la defunción de aquel Deportivo Málaga. Hoy, los dos tienen el futuro bastante definido.

No se juegan nada excepto el honor o, más que eso, una despedida digna de la división dorada (aunque el Málaga no lo conseguiría ni con una victoria). En concreto, los de Víctor Espárrago se reservan este duelo con el fin de agradecerle a la afición el esfuerzo de esta temporada e invitarla a que no les abandone en el regreso a Segunda. Por su parte, la hinchada debe ejercer su papel soberano y dictará sentencia con su postura. Primero, asistiendo o no a un encuentro donde la emoción, principal ingrediente del fútbol, brilla por su ausencia. Y luego, aplaudiendo o silbando según las sensaciones acumuladas durante toda la temporada. Los futbolistas parecen haber quedado libre de culpa, por lo que la afición mirará al banquillo o al palco.

Futbolísticamente, el técnico cadista no ha dado pistas sobre su once y ha convocado a toda la plantilla salvo Benjamín. No habrá oportunidades para la cantera, y Paz, Medina y Raúl López están lesionados. Los malaguistas también llegan con muchas bajas.