ELEGIDOS. Morante de la Puebla, uno de los cinco toreros afortunados que ocupa más de un cartel.
Toros

San Isidro bate su propia marca

La primera feria del mundo arranca hoy en Madrid con unas cifras inauditas: 32 festejos durante un mes para celebrar el 75 aniversario del coso

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Va de récord: entre la tarde de hoy y la del domingo 11 de junio se van a dar en las Ventas 32 festejos taurinos. !Hasta 32! Si el tiempo no lo impide, naturalmente.

La cifra monstruosa se desglosa de la siguiente manera: cuatro de rejones, otras cuatro novilladas y 24 corridas de toros. Hay un segundo desglose añadido. De esos 32 festejos, 23 son de abono, y todos ellos, junto con la Corrida de la Prensa, que no lo es, componen la feria de San Isidro, que arranca esta tarde y concluye el primer viernes de junio, día 2, con una corrida de Victorino.

En la segunda semana de junio, se organiza, en conmemoración de los 75 años de la inauguración de las Ventas, una titulada Feria del 75 Aniversario. De cinco festejos, entre los que se incluye la clásica Corrida de la Beneficencia, la feria 75 no es de abono, pero se ha vendido en la taquilla simultáneamente. Se pueden comprar entradas sueltas, no es imprescindible hacerse con el paquete completo de las cinco.

El sábado siguiente a la conclusión de San Isidro se ha montado una corrida con cierto calambre. Al día siguiente, una de rejones, con Pablo Hermoso, que se someterá a la prueba del pago por visión. El 11 de junio, una novillada de lujo. Ninguno de esos festejos de propina es de abono. Sólo el lunes 4 de junio permanecerá cerrada la plaza.

No hay quien dé más. La organización de las dos ferias empalmadas tiene trastienda: el montaje, la selección y el ejercicio de San Isidro corren a cargo de la empresa arrendataria de las Ventas, Taurovent, cuyos cerebros taurinos son José Antonio y Manuel Chopera; los mismos dos Chopera, padre e hijo, han organizado la semana de los 75 años, salvo la Corrida de la Beneficencia, pero los ajustes y las cuentas de la feria extraordinaria corren por cuenta de la Comunidad de Madrid, que es propietaria de la plaza.

Esta injerencia de la Comunidad en la gestión de la plaza es también y por su parte un récord sin precedentes. Es decir, que nunca se había dado caso similar.

La gestión de la plaza

En medio de ese chorro incesante de corridas de toros, novilladas y rejoneo se estará ventilando, además de lo que se ventila cada tarde de toros en Madrid, el futuro de la gestión de la plaza. Dentro de un mes se sabrá si la Comunidad prorroga a Taurovent la contrata de la plaza por un año más. La política taurina de la Comunidad ha sido y sigue siendo tan improvisada y confusa que se hace impredecible la decisión.

La conmemoración de los 75 años de las Ventas llega acompañada de una nueva reforma de la estructura del edificio y de una serie de exposiciones, charlas, publicaciones y homenajes que tienen por eje una idea central: el ombliguismo madrileño en materia taurina. En los carteles de San Isidro y sus fiestas anejas se percibe un sutil cambio. No va a haber ausencias de verdad notables y todos los toreros de peso y marca se dejarán ver por lo menos dos tardes. Tres veces van a torear César Rincón, El Juli y El Cid. Dos, Ponce y Morante de la Puebla. La nómina de matadores para las 24 corridas es de 42 toreros distintos. El valor de esos cinco nombres mayores es muy desigual. Aunque los implicados han escondido la mano, el último invierno fraguó una conspiración de taurinos contra El Juli. Se ideó reemplazar el protagonismo de El Juli con combinaciones basadas en Rincón, Morante y El Cid.

En Sevilla fraguó del todo el plan, El Juli fue apeado de la Feria de Abril y los tres del recambio se repartieron nueves plazas del abono de la Maestranza, y las nueve de auténtico lujo.

El balance de Rincón, Morante y El Cid en Sevilla ha arrojado cifras desoladoras: dieciocho toros y sólo una oreja de petición minoritaria. No cabe culpar a los toros, aunque Morante no haya tenido especial fortuna.

El morbo

Pero es que la operación ya hizo grietas en Castellón y Valencia. El morbo mayor de San Isidro es ver juntos en un mismo cartel a Rincón, El Juli y El Cid. Ese morbo no existe en la corrida de Beneficencia, donde volverán a coincidir Rincón y El Cid, por voluntad de la Comunidad de Madrid, que mete cuchara en ese cartel por norma y por derecho.

El Juli se ha apuntado a las ferias en plan bravo: va a matar una corrida de Victorino, otra de Fuente Ymbro y se supone que saldrá a comerse a Rincón y El Cid aunque sea en corral ajeno.

Ponce, que se resistió mucho a torear en Madrid, se ha dejado caer al fin dos tardes y, visto el eco de su rotundo éxito en Sevilla, probablemente lamentará ahora no haberse apuntado a más combates. Va a ser un San Isidro movido y con muchas guerras por dentro. Según vicio incorregible, la temporada está prácticamente hecha y firmada.

Promesas

Pero hay una generación nueva o ya no tan nueva que parece preparada para un asalto. Ahí cuentan los nombres de cuatro toreros en excelente sazón, que son Sebastián Castella, César Jiménez, Matías Tejela y Serafín Marín, o los de promesas ya a punto de romper, como Miguel Ángel Perera o Salvador Cortés, que estrena en San Isidro su título de triunfador de la Feria de Abril.

Ganaderías

Por parte ganadera, no más novedad que el regreso al abono, tras un refresco breve, de hierros clásicos de Madrid como los de Dolores Aguirre, Baltasar Ibán o Palha. Las repeticiones obligadas de Victorino, Adolfo Martín, Cuadri, Guardiola Fantoni, El Pilar o El Ventorrillo. Igual que en el caso de Sevilla, en Madrid se auguran sorpresas. Debería haberlas.