CHARLETAS GADITANAS

Puertatierra y Cádiz

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Comentábamos hace unos días unos amigos, entre los que se encontraban algunos chavales jóvenes, lo que es en la actualidad Puertatierra, y lo que habían sido hasta los principios de los años cincuenta, prácticamente después de la explosión del año cuarenta y siete. Hubo una pregunta de los más jóvenes, que infinidad de veces, ha sido hecha por muchos forasteros que nos han visitado y muchos de los que han venido a residir a Cádiz. Esta pregunta era la siguiente: ¿por qué los gaditanos cuando estamos en Puertatierra, decimos que vamos a Cádiz, o si estamos en el casco viejo decimos que vamos a Puertatierra? Esto, nos decían, había muchas personas que no lo entendían, ya que desde que se entra por Cortadura o el puente todos creían que ya estaban en Cádiz.

La explicación para esto parece que viene desde tiempos muy lejanos, de aquella época en que esa parte de la ciudad eran manchones y huertas, estaba casi desierta y sólo tenía una estación de ferrocarril que era la Segunda Aguada. Les hablamos de cuando íbamos a jugar a los Glasis, donde hoy está Hacienda y la Subdelegación del Gobierno. Una de las mayores huertas era donde hoy está el Chalé de Varela y el parquecito que se encuentra delante, que también pertenecía al mismo. Este chalé fie hecho por suscripción popular. Passando por aquel lugar fatídico de la Base de Defensas Submarinas (hoy Instituto Hidrográfico), donde se produjo aquella terrible explosión, llegábamos hasta la playatita de San Severiano, ya en pleno corazón de este barrio que fue lo primero que sufrió la transformación, con aquellas casitas bajas que hoy están derribando y cuyas calles no tenían nombres, sino que se conocían por letras. Encima de estas edificaciones estaba la célebre cueva de María Moco y las cuestas de la vía del tren, recientemente desaparecida tras el soterramiento. Allí nos llevaban de pequeños los jueves por la tarde, porque era el día que no había colegio a esas horas. Allí nos juntábamos todos los niños de los colegios de Cádiz, incluidos los seminaristas con sus sotana y fajines colorados. Pero, por supuesto, los hombres estaban a un lado y las féminas a otro.

Los jóvenes que asistían a la tertulia, no conocían que toda la parte de la llamada carretera industrial y la Barriada de la Paz, desde Astilleros a la Zona Franca, fueron terrenos ganados al mar, y que en la misma carretera industrial había varias calitas para bañarse.

Existían en Puertatierra no más de diez o doce comercios y algunas ventas que era donde los gaditanos del centro acudían como si fueran a otro pueblo, recordemos algunas, la Venta de la Palma, donde estaba el Campo del Mirandilla (hoy las Esclavas); la Venta del Poso en la avenida Marconi; el Trasnwal, frente al actual; el Cantábrico, en el solar donde hoy está el edificio del mismo nombre, etc. Otro día reseñaremos las nuevas barriadas que se construyeron más tarde, una vez hecho el ensanche de la Avenida Ana de Viya.